En flagrancia / Las gárgolas de la prisión

AutorGustavo Fondevila

Según un video de la organización civil Documenta A.C. difundido en las redes sociales, el hacinamiento de los cárceles de la Ciudad ha alcanzado niveles alarmantes (200 por ciento en el Reclusorio Oriente y casi lo mismo en el Norte).

La organización presentó un amparo por esta situación para proteger los derechos de las personas privadas de la libertad en dichos centros penitenciarios. En términos generales, México no tiene grandes problemas de sobrepoblación. Pero el tema no es la tasa nacional sino la concentración en algunos estados y reclusorios (donde se pueden encontrar niveles cercanos a los de Centroamérica). Y esto es muy peligroso.

LOS RIESGOS DE LA SOBREPOBLACIÓN

Pero además, el asunto no termina allí porque como todo se vende en la prisión, los espacios también. Y entonces, la gente que puede pagar consigue dormir en lugares más cómodos (camastros de cemento) a costa de meter a los que no tienen dinero en dormitorios abarrotados donde pasan las noches como pueden (en cuclillas sobre el servicio sanitario -gárgolas- o colgados de los barrotes -momias-, etcétera).

La sobrepoblación reduce todavía más el acceso a los mercados de bienes dentro de la cárcel. Lo que sea, se vuelve más caro y difícil: el agua potable, la comida, las medicinas, la ropa, todo. Como hay más gente, hay más presión y el precio se encarece como en cualquier mercado. Y un riesgo de esto es que las normas que rigen la vida en la prisión sean reemplazadas por la organización de los reclusos.

En otras palabras, la sobrepoblación provoca generalmente que aparezcan pandillas que nacen como mecanismos de autoprotección frente a los peligros de la cárcel y sobre todo, para controlar el acceso a los mercados internos. Pero una vez que aparecen el ascenso es imparable porque el reclutamiento está garantizado: si el nuevo recluso quiere sobrevivir debe sumarse a la pandilla. Ellos garantizan su vida pero también que tenga agua potable, drogas, alcohol, visitas íntimas, lo que necesite... a cambio de su lealtad. Por lo pronto el servicio penitenciario solamente entrega sábanas (2.1 por ciento), ropa (1.5 por ciento), zapatos (uno por ciento), jabón (1.4 por ciento), papel higiénico (1.2 por ciento), dentífrico (2.5 por ciento) y cepillo de dientes (3.7 por ciento) a...

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