En flagrancia / Familias criminales

AutorGustavo Fondevila

La semana pasada, un largo trabajo de inteligencia de la Procuraduría de Justicia capitalina basado en denuncias anónimas y vigilancia terminó con un operativo en la explanada del Metro La Raza (Delegación Madero). Se detuvo a cinco hombres (dos menores de edad) que se dedicaban aparentemente al narcomenudeo. Entre los integrantes había dos hermanos y un sobrino de la misma familia. Los adultos fueron trasladados a la Fiscalía Antinarcomenudeo y los menores a la Fiscalía del Menor.

Como es habitual en este tipo de delitos, la banda tenía fuerte presencia familiar y una estricta distribución de tareas: un adulto entregaba la droga, dos más esperaban en un auto con el resto y los menores vigilaban.

Según una investigación de REFORMA, el narcomenudeo se ha ido convirtiendo en un negocio familiar en la Ciudad. Al menos 45 familias concentran una parte importante de la distribución en ciertos barrios clave de este delito (1 de cada 3 distribuidores).

DE VISITA EN LA PRISIÓN

¿Por qué sucede esto? Varios motivos: 1) la impunidad provoca que ciertos delitos (sobre todo, los patrimoniales) se vayan convirtiendo lentamente en simples negocios familiares (porque no tiene costos muy altos), 2) las continuas visitas a familiares en prisión generan un habituamiento a la cárcel que deja de ser "horrorosa para convertirse en solo una externalidad negativa del negocio, 3) la competencia provoca una alta segmentación (distintos tipos de clientes con necesidades específicas), y 4) la maduración del mercado implica también en una especialización del sector (cada vez hay más funciones que derivar en distintos integrantes).

La consecuencia es que cada vez hay más delitos controlados por grupos familiares. Por ejemplo, en 2002, el porcentaje de personas sentenciadas por narcomenudeo con familiares en prisión no llegaba al 1% y en apenas 12 años la cifra trepó rápidamente al 8.5% (CIDE).

En temas de drogas, el crecimiento está determinado por el flujo de la oferta que está controlado de manera monopólica por cárteles (grandes distribuidores) y por eso, la penetración de familias es importante, pero no masiva. En delitos que funcionan como libres empresas (cualquiera puede hacerlo y no depende de un distribuidor)...

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