En flagrancia / El alcohol al volante

AutorGustavo Fondevila

Hace una semana, alrededor de las 2 de la mañana, 2 agentes marcaron el alto a un auto en un punto de revisión del programa "Conduce Sin Alcohol" (en la Delegación Venustiano Carranza). El conductor intentó escapar y aceleró atropellando a ambas policías.

La huida no duró mucho porque una patrulla lo alcanzó en la Delegación Gustavo A. Madero y logró detenerlo. De inmediato se puso al hombre a disposición del Ministerio Público (Coordinación Territorial Venustiano Carranza 3) y se inició una carpeta de investigación (lesiones por tránsito vehicular).

Las mujeres fueron trasladadas al Hospital Mocel: una de ellas con un esguince en la pierna izquierda y la otra con un severo traumatismo craneal que la mantiene internada en un delicado estado de salud.

¿QUÉ PASA CON EL ALCOHOL?

Este caso trágico revela que a pesar de los controles, alguna gente sigue bebiendo y prefiere pasar por arriba de dos personas ante el riesgo de pasar una noche en Centro de Sanciones Administrativas, conocido como "El Torito". Y este pequeño detalle es muy importante. El alcoholímetro ha cambiado una parte de la noche en la Capital.

Desde su implementación (2003) tuvo un efecto inmediato reduciendo a la mitad las muertes y accidentes en un año. Pasado el shock inicial (al igual que con las fotomultas), las tasas volvieron a subir: en el 2007 hubo un aumento importante de accidentes con conductores alcoholizados con cifras similares al 2000 (INEGI).

Después de esa recuperación, los números de accidentes han ido bajando lenta, pero de manera consistente a largo plazo. Y aquí es donde aparece un problema importante: a pesar de que la gráfica muestra que en la Ciudad de México, los accidentes de tránsito provocados por conductores alcoholizados han ido en descenso, el número de muertes se ha mantenido relativamente estable a lo largo de la serie histórica.

Esto significa que hay menos accidentes, pero que son mucho más graves -con más muertos involucrados. Una posible explicación es que una mayoría de las personas que habitualmente bebían alcohol y conducían dejaron de hacerlo. Pero que hay otras a las que no les importó el riesgo, siguieron bebiendo, conduciendo y exponiendo la vida propia y ajena. Ese núcleo duro es mucho más peligroso que el resto. Son los que atropellan y matan a policías con tal de salirse con la suya. No tienen inconvenientes en acelerar frente a dos seres humanos.

Ese es el grupo que causa mucho más daño que todos los demás, son los que ponen...

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