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El fin del mundo ya pasó.- Padilla

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Vincent
AutorSilvia Isabel Gámez

MÉXICO.- A Ignacio Padilla le gusta pensar que el fin del mundo será como T.S. Eliot lo imaginó. Que en lugar de producirse un gran estallido, todo acabará en un susurro.

"Yo creo que el apocalipsis está ocurriendo siempre: todos los días se nos mueren células, se muere el día...".

El escritor piensa que, como lo anticipó Samuel Beckett, "el fin del mundo ya pasó". Y éste que pisamos es el mundo surgido después del fin del mundo.

"Con la caída del muro de Berlín se acabó el mundo utópico. Nosotros vivimos en el mundo de la apariencia, de la virtualidad, donde ya casi no hay materia ni fe".

En La Industria del Fin del Mundo (Taurus), su atracción por la catástrofe, presente en ensayos anteriores como Arte y Olvido del Terremoto y La Isla de las Tribus Perdidas, regresa en "una obra lúdica de pensamiento crítico" donde plantea la idea del fin del mundo como un capital que se puede gastar, ahorrar o manipular.

Una reflexión que tiene como origen el Apocalipsis de Juan de Patmos, un "loco furioso" obsesionado con la pureza que escribió el que Padilla considera el libro más importante en la historia de Occidente. Desde arte y cine, hasta revoluciones y mitos, han abrevado de sus páginas.

El "capital pánico" genera una gran energía, afirma, y para explotar ese miedo el profeta apocalíptico debe anunciar que el fin está cerca, que sólo unos cuantos se salvarán.

"La idea de la aniquilación para lograr la renovación, de la pureza de unos cuantos elegidos y el castigo a los malvados, fue utilizada por Hitler, Mussolini, Stalin. Toda revolución que impone una idea totalitaria entre el bien y el mal tiene su origen, al menos en el mundo judeocristiano, en los 12 mil versos escritos por Juan de Patmos".

Pero en este siglo de "espiritualidad descafeinada", advierte Padilla, el discurso sanguinario del Apocalipsis se ha edulcorado. "No nos espanta lo suficiente", escribe. "A falta de fe en un Nuevo Mundo, a la humanidad le queda sólo el goce descarnado de la fantasía crepuscular".

Un ejemplo es el llamado Apocalipsis Maya, que no ha logrado generar pánico con su vaticinio de que el fin del...

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