Fin de la huelga automotriz: UAW vs. D-3, cambiando la historia

Fecha de publicación07 Noviembre 2023
Foto: Reuters
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Por Alex Covarrubias V.

El acuerdo logrado en Estados Unidos entre el sindicato del sector automotriz y las tres grandes de Detroit podría convertirse en un punto de inflexión que dirija el carro de la historia del mundo laboral hacia otra dirección, con una mayor pelea por los derechos de los trabajadores.

Un mes y medio después de ir a huelga, los trabajadores de la Unión Sindical de Trabajadores Automotrices (UAW por sus siglas en inglés) y las tres grandes de Detroit –Ford, Chrysler/Stellantis y General Motors– llegaron a un acuerdo que es (y será) histórico en más de un sentido.

Es un triunfo de la UAW, tanto como es un triunfo de la vía alta (más salarios, más competencias, más productividad) de relaciones de empleo, perdida en Estados Unidos desde hace buen tiempo. Es, por tanto, un punto de ignición en lo que puede ser un cambio de rumbo en la dirección y los balances de poder de aquella relación. Son palabras mayores para el mundo del trabajo no sólo de Estados Unidos, sino de Norteamérica toda. Para elucidarlo, vamos por partes.

La UAW buscaba 40% de incremento salarial y el derecho de organizar las nuevas fábricas para electrificar y/o dotar de energías limpias a los autos de nueva generación. Esto se logró en buena medida. Si agregamos al aumento salarial de 25% promedio los acuerdos por COLA (ajustes salariales por costo de vida) simples y compuestos –que toman en cuenta puntos de partida e incrementos previos), el incremento suma alrededor de 33%, para llevar el salario promedio a 42 dólares por hora.

Nada mal para un contrato de cuatro años y medio. Pero hay varios elementos más por agregar. El salario de los niveles iniciales aumenta 70% promedio, para llegar hasta 30 dólares por hora. Éste es un movimiento vital para terminar con los salarios de dos velocidades (Two-Tier System-TTS) que las armadoras introdujeron en la primera década de este siglo, creando un sistema discriminante de trabajadores de primera y segunda categoría.

Habiéndolo importado de México, el TTS creó una escalera paralela de pagos y derechos de los nuevos trabajadores, en la que éstos nunca podrían soñar con tener lo que los viejos obreros sindicalistas lograron en el pasado. Esto implica soñar que podrían ganar bien y escalar para formar parte de la clase media.

Por cuanto al derecho a organizar las nuevas plantas de baterías y autos eléctricos, el acuerdo incluye un lenguaje que abre la puerta a esa posibilidad...

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