Filosofía es vida

AutorPilar Jiménez

BEIJING.- La vida de los chinos se centra tradicionalmente en la familia, considerada el microcosmos de la sociedad. Los clanes familiares siguen siendo importantes, los abuelos cuidan a los nietos, los hijos mantienen a los padres.

Su idiosincrasia está enraizada de manera natural a las reflexiones filosóficas del filósofo Confucio (551-479 a.C), que marcó un modelo de conducta y cuyas enseñanzas heredan la estructura social de China, que incluye el compromiso moral con la familia y el respeto a los mayores o a la autoridad, un principio que explica el éxito de mando del Partido Comunista Chino.

El trabajo es el otro aspecto en el que los chinos centran su vida. Como una religión están destinados a creer y vivir por él. El principio rector de la moral del trabajo en China es trabajar duro para hacerse rico, aunque eso nunca suceda. Trabajar por la familia, aunque se viva a lejos de ella.

Sus horarios casi siempre exceden las jornadas. Obreros, hombres de negocios o funcionarios, pueden hacer jornadas de hasta 14 horas diarias si el trabajo lo pide, e incluso más.

Los chinos tienen una energía, optimismo y orgullo que sorprende. Son bastante estoicos y resistentes al sufrimiento.

Su ancestral noción de obediencia, resistencia y, sobre todo, paciencia, es un triple atributo de evocación confuciana que lleva hasta sus últimas consecuencias el sello "made in china".

Su vida cotidiana esta ligada a dos conceptos: el "guanxi" y "perder cara".

El "guanxi" va intrínsecamente ligado al comportamiento y conducta de los chinos, se trata de las relaciones personales donde los favores se confían en una estrecha red de familiares y amigos que ayuda y da soporte, y que debe ser recíproca para asegurar su buen funcionamiento.

El "perder cara" significa descuidar las apariencias y avergonzar a una persona ante sus semejantes, provocando que le pierdan el respeto. Una forma grave de desprestigiar a alguien es pedirle que reconozca que se equivocó, o hacerle perder el control en público, ya que será considerado débil o incapaz de remontar sus emociones.

Asiduos al ejercicio, los chinos reconocen al tenis de mesa como su deporte nacional.

Pero también practican otras formas de ejercicios colectivos en parques y al aire libre: el yang ge y el taiji, bailes de parejas que están a la mitad del vals y el tango.

Los chinos se levantan temprano, pero también así se acuestan.

La vida noctámbula, de bares y discotecas es algo relativamente nuevo, no supera un lustro...

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