La FIL Guadalajara, catapulta de las editoriales mexicanas

CIUDAD DE MÉXICO, octubre 16 (EL UNIVERSAL).- En 1987, la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara inició su historia con más zozobra que certidumbres, le había tocado convencer a los editores que ocuparon los 219 pequeños stands (y los cinco salones para presentaciones). Hoy, ese encuentro librero que reúne a cerca de 2 mil 500 editores y 750 escritores de casi 50 países, recibirá en una ceremonia virtual el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2020.

Con la entrega de este reconocimiento se celebran 34 años de historia de la feria más importante de habla hispana, que es un festival literario al que acuden en promedio 828 mil personas, pero también el más destacado foro de negocios y compraventa de derechos que visitan más de 18 mil profesionales del libro y alrededor de 300 agentes literarios.

La feria, que este 2020 se hará virtual debido a la pandemia por Covid-19, beneficia a toda la cadena del libro, en especial a los editores. Siete pequeñas editoriales independientes: Grano de Sal, Trilce, Impronta, Paraíso Perdido, Mantis, Antílope y Ediciones Sin Nombre celebran el galardón que hoy recibirá, de manera virtual, Raúl Padilla, presidente de la FIL, y reconocen su valor como escaparate y encuentro para los actores del libro.

"Hay aquí muchas negociaciones con librerías, bibliotecas y otras editoriales para comprar y vender derechos, y con profesionales más o menos distantes", señala Tomás Granados, editor de Grano de Sal. Asegura que en Guadalajara logró firmar la publicación para México de Capital e Ideología, de Thomas Piketty, la obra más destacada de su catálogo, y cerró la entrada de sus libros a la cadena de librerías más importante de Guatemala.

Para Granados, las actividades para los profesionales están muy bien planeadas, "el Salón de Derechos acerca a la edición internacional a la edición en español, fortalece esos vínculos, hay mucha gente que no podría o no tiene experiencia de ir a las grandes ferias como Frankfurt, Londres y Bolonia, y con la FIL Guadalajara tiene una pequeña representación, una puerta de entrada a ese mundo; y después están los foros para profesionales, conferencias, mesas redondas, debates".

Carlos Armenta, editor de la jaliciense Impronta y de la librería del mismo nombre, asegura que su librería ha logrado consolidarse como un espacio con muchos títulos de editoriales pequeñas de Colombia, Argentina, Chile, que de otra forma no llegarían a estar al alcance de los agentes...

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