La fiesta de los libros

AutorSocorro Venegas

Coordinadora general de Obras para Niños y Jóvenes del FCE

A diferencia de otros proyectos culturales e incluso sociales y asistenciales que cada año cambian de nombre o desaparecen y reaparecen, existen en México un par de historias atípicas, a veces incluso asombrosas porque han sabido remontar crisis y crecer, como los niños a los que han orientado sus esfuerzos. En este noviembre de 2016 hay dos aniversarios importantes en el mundo de la literatura infantil y juvenil, y su industria: cumple 36 años la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil (FILIJ) y 25 años la colección de literatura para niños A la Orilla del Viento, del Fondo de Cultura Económica.

A menudo percibo cierta incredulidad en los rostros de quienes escuchan cuán importante y rica es la producción de libros para niños en México, que además representa un potente mercado: si México es un país de lectores, ésos son los niños. Hoy en día, más del 40 por ciento de las ventas de libros del catálogo del FCE son de las colecciones de Obras para Niños y Jóvenes. A 25 años de su creación, este catálogo cuenta con más de 600 títulos vivos.

Sin embargo, en general se sabe poco del talento de los escritores e ilustradores mexicanos que trabajan para este público, aunque han cosechado reconocimientos importantes: Juan Palomino, por ejemplo, ganó este año el Premio Internacional de Ilustración Feria de Bolonia-Fundación SM; la misma fundación concedió, por primera vez a un escritor mexicano, el Premio Iberoamericano SM de Literatura Infantil y Juvenil, lo ganó en 2015 el prolífico y enormísimo imaginador Toño Malpica. Otros nombres son los de Irma Bastida, ganadora del premio de la 24 Bienal de Ilustración de Bratislava, la Manzana de Oro BIB 2013; el mexicano Gabriel Pacheco, hoy en día uno de los más reconocidos ilustradores del mundo, dirige Sármede, la escuela de ilustración más antigua en Italia.

La incredulidad viene, creo, de la filiación de estos artistas con el mundo de los niños. Sigue pareciendo menor dedicarse a crear para ellos. No ha sido sino hasta años muy recientes que el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes ha decidido otorgar becas a escritores con proyectos para niños y jóvenes. Juan Villoro explica mucho de esto en su estupendo ensayo La utilidad del deseo, leído precisamente en el Seminario de Fomento a la Lectura de la FILIJ en 2014: "Históricamente, la literatura infantil ha sido el género de los seres subordinados. Por eso mismo busca la libertad...

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