Fidelfa, la última mujer mixe que platica con el maíz
Roselia Chaca, corresponsalJUCHITÁN, Oax., julio 18 (EL UNIVERSAL).- Fidelfa esparce 102 granos de maíz sobre una pequeña mesa de madera colocada frente a su altar de santos y vírgenes. Los cubre con sus venosas manos y los acomodó con varios giros, mientras en su lengua madre, mixe, les pide permiso para platicar.
El maíz le concede la gracia y así comienza uno de los rituales que en la época prehispánica formaba parte del arte adivinatorio del mundo mesoamericano: la lectura del maíz.
Frente a ella se encuentra José Luis, un joven de 25 años que recurrió a la sanación. Fidelfa extiende su dedo índice sobre los granos y apartó un pequeño grupo hacia la parte extrema de la mesa; el resto lo acomoda en grupos de cinco hasta dibujar con los granos dos círculos.
El primer círculo representa la casa del enfermo, son 10 grupos de cinco granos de maíz; el segundo círculo consta de siete grupos de cinco y representa al enfermo, mientras que el maíz sobrante (uno o dos granos que no logran formar un grupo) determina el mal que aqueja a la persona, lo que sólo Fidelfa sabe deducir.
Ella vive en San Juan Guichicovi, una de las importantes poblaciones de la etnia mixe del Istmo de Tehuantepec y en donde sólo dos personas tienen el don de leer el maíz en rituales de sanamiento o curaciones.
Fidelfa Francisco Santiago tiene 60 años y es conocida en el pueblo como una maiksh masoyey (curandera en mixe). Desde los nueve años unos niños vestidos de blanco se le aparecían en sus sueños de forma recurrente; nunca entendió el significado hasta que otro curandero le dijo que eran ángeles y que tenía un don.
Siempre supo que era especial, pero aceptó su destino hasta los 40 años, cuando los niños se volvieron a aparecer en sus sueños; a partir de entonces le avisan de los enfermos o las visitas que llegarán a su casa. Ella, preparada, siempre espera.
La presencia de José Luis le fue avisada previamente en un sueño; cuando él tocó su puerta, ella ya lo esperaba. Coloca al enfermo frente a la docena de santos y vírgenes y comienza con los rezos.
Después José Luis descubre su torso para recibir las ?rameadas? de albahaca con un preparado especial de sustancias curativas. Para la lectura selecciona y desgrana frente a él una mazorca especial: la que tiene 12 surcos de granos regulares.
Fidelfa explica que las peticiones a los santos son para alejar todo mal aire que atormenta al cuerpo en sanación y el rociado del sahumerio, para después retirarle los malos...
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