'Fidel practicaba con riflecitos'

AutorSanti Piñol

BIRÁN, CUBA.- El campesino tiene las manos gastadas y el rostro quemado por el sol. Martín, un anciano de 87 años, vive como el resto de los cubanos de provincias en su diminuta casa en Birán, en el oriente de la Isla.

Si uno se lo cruza por la calle, nunca diría que forma parte de la familia más famosa de Cuba.

Pero, pese a su tranquila y humilde existencia, era el último lazo de Fidel Castro en su pueblo natal, su hermano pequeño nacido de una aventura de su padre, Ángel Castro, con una empleada de hogar, Generosa Batista.

A pesar de no compartir madre, Martín era compañero de juegos de los jóvenes revolucionarios Fidel y Raúl, e incluso iba con ellos a la escuela que había en la finca propiedad de Ángel, que todavía se mantiene en pie.

Los tres pasaron la infancia correteando por la colonia que el "viejo" había levantado.

Pese a su avanzada edad, la mente fresca del campesino le permite recordar los tiempos junto a Fidel y Raúl, con quién se llevaba pocos años de edad.

Los paseos a caballo, las prácticas de tiro y los baños en el río poco indicaban el futuro del que iba a ser el líder histórico de la Revolución cubana.

Parece que por ese entonces ya tenía buena puntería: "Fidel practicaba con unos riflecitos (...) Ya lo llevaba en su sino", cuenta Martín.

Cree que fue la cercanía con los trabajadores y obreros de la finca del Comandante fallecido el 28 de noviembre lo que hizo que surgiera en él la conciencia social que posteriormente le impulsó a liderar la Revolución.

"Veía mucha miseria entre los trabajadores", afirma. No sintió lo mismo con Raúl, el actual líder del país, del cual, destaca, tenía más éxito...

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