La ficción cobra vida

AutorMario Abner Colina

El niño mago Harry Potter, el inspector Rebus, Renton y su grupo de yonquis, así como la sombra de sagrados escritores como Robert Louis Stevenson, Walter Scott y Robert Burns, viven a lo largo y ancho de Edimburgo.

Esta joya del Reino Unido se jacta tanto de su tradición literaria como de sus faldas escocesas y música de gaitas.

TEMPLO DEL ESCRITOR

La santísima trinidad de los escritores escoceses está conformada por los novelistas Robert Louis Stevenson y Walter Scott, y el poeta Robert Burns.

En honor de sus vidas y obras se erigió el Museo del Escritor en Lady's Stair House, a un par de cuadras de los Jardines de Princes Street.

Está ubicado en lo que fuera una enorme casona del siglo 17, tiene tres pisos y cuenta con primeras ediciones de los más famosos libros de cada uno de los escritores, además de artículos que les pertenecieron.

De Stevenson, por ejemplo, se exhibe un armario; de Scott, un ajedrez y la carta de llamada al servicio militar, y de Burns, un juego de tazas de porcelana china.

El recinto es de entrada gratuita, y abre de lunes a sábado.

CASA NEGRA

El más conocido de los escritores escoceses de novela negra es Ian Rankin y su más famosa creación, el inspector Rebus.

Irascible, mal padre y mala pareja, pero amante de la bebida, las mujeres y tomarse las cosas a pecho, Rebus suele refugiarse en The Oxford Bar, un establecimiento real, frecuentado por intelectuales edimburgueses.

¿La razón? Queda cerca de la morgue local, casi casi su oficina.

Ocupa el número 8 de Young Street, a una cuadra de Queen Street y en su menú incluye un plato de betabeles rellenos llamado "Rebus".

Al sur de allí, en una casa de la calle Arden, Rankin vivió alguna vez. En la ficción, Rebus habita el número 17 de esa vía, lo que lo ha convertido en un punto de visita obligado para las hordas de fans del escritor.

BARES YONQUIS

Irvine Welsh, enfant terrible de las letras escocesas, sacudió la escena con su provocadora novela Trainspotting, y de inmediato se volvió una figura de culto.

El irreverente narrador suele ir a beber al bar City Limits, antes conocido como Boundary Bar, al norte de la ciudad.

Sobre Leith Walk, la misma calle del City Limits, hacia el norte, se encuentra The Central Bar.

Ése, en la ficción, es el preferido del sociópata Francis Begbie, uno de sus personajes, para emborracharse.

Muy cerca de ahí, en Wellington Place número 2, hay que fijarse muy bien: el escritor vivió durante algún tiempo en el segundo piso.

Renton, el...

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