Festeje con Hidalgo

AutorMaryell Ortiz De Zárate y Ricardo Diazmuñoz

El ánimo tricolor se distingue en el alborozo de los ojos michoacanos que pasean por el zócalo de Ciudad Hidalgo, atiborrado de puestos muy bien ordenados y basureros en su lugar. Los huevos rellenos de harina vuelan hacia todas partes para descender veloces haciendo de las suyas; confeti, cornetas, banderas de todo tamaño, antifaces y, sobre todo, muchos gorritos, sombreros de los más inusitados diseños, viseras y rehiletes ostentando los colores de la insignia patria. En fin, todo más o menos como en muchas otras ciudades del país.

La diferencia es que aquí hay orden, respeto y alegría sana. Es una gran fiesta para la familia. Los padres pasean confiados con sus hijos. El entusiasmo es contagioso. Da gusto ver que pequeños, jóvenes, adultos y ancianos celebran exaltados la Independencia Nacional deambulando entre las caseronas iluminadas y abanderadas con sobriedad.

Mientras los asistentes esperan las 11:00 de la noche, disfrutan de un espectáculo musical en el que alternan cantantes y grupos. La amplia tarima instalada a un costado del Palacio Municipal, es, asimismo, espacio idóneo para la Coronación de la Reina de las Fiestas Patrias.

Silencio cuando llega el momento esperado: ondular de bandera, grito, vivas explotando con el coheterío, campanadas, Himno Nacional. El Ayuntamiento luce estupendo con su iluminación verde, blanca y colorada. Los entrañables colores patrios transitan por todas partes en vestidos, rebozos y corbatas. No vuelan botellas de refresco y alcohol; vuelan cantos festivos y el paseo es un contento. Todos están felices. Las clases sociales conviven y sienten que la Patria es suya y la festejan con gusto, con toda la emoción revoloteando. Y después del grito, comer elotes y esquites, trompadas y picadas, porque las fiestas no serían fiestas sin un buen atracón de antojitos.

Para Aprovechar el Paseo

Y ya que está aquí, en esta apacible Taximaroa (Ciudad Hidalgo), conviene que visite la ciudad y sus alrededores.

Taximaroa es un vocablo, de esencia tarasca (o purépecha). Los otomíes que llegaron a la región entre 1520 y 2000 a. C., la llamaron Quesehuarape, "lugar donde...

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