Festejan en Buenos Aires

AutorAlejandro Pairone

MURAL / Especial

BUENOS AIRES.- La renuncia del Presidente Fernando de la Rúa se transformó anoche en un bálsamo para aplacar dos jornadas de violencia social ininterrumpida y logró transformar en ámbitos de festejos callejeros a los mismos sitios que durante todo el día fueron escenarios de duros enfrentamientos entre manifestantes enardecidos y la Policía.

Pero la vertiginosa dinámica política también enfrentó a la sociedad al dilema institucional de carecer de Presidente, o de tener dos. Aunque es una formalidad menor, la virtual acefalía se produjo porque De la Rúa dimitió a últimas horas de la tarde, cuando su sucesor inmediato, el Senador peronista Ramón Puerta, se encontraba en vuelo hacia la provincia de San Luis, a cien kilómetros al sudoeste de Buenos Aires.

Presidente del Senado y heredero directo por tal condición, Puerta viajaba hacia una reunión de gobernadores y dirigentes peronistas que proyectaban debatir cómo y bajo qué condiciones se sumaban a la Administración De la Rúa. Pero la crisis institucional lo encontró en pleno vuelo y le fue imposible retornar debido a malas condiciones climáticas. En consecuencia, asumirá el mando en una Asamblea Legislativa prevista parta esta mañana, a las 11 horas locales.

La Asamblea Legislativa argentina se reune en medio de un caos sin antecedentes, y tras más de 48 horas consecutivas de una violencia social que convirtió a la Capital Federal en un verdadero campo de batalla, y al interior del país y al Gran Buenos Aires en un territorio arrasado por los saqueos y asaltos masivos contra comercios y supermercados.

Anoche se estimaba que los saqueos dejaron cerca de 25 muertos, 700 heridos y más de dos mil detenidos.

La renuncia presidencial no logró que las tres centrales obreras, dos peronistas y una izquierdista, levantaran una huelga general por tiempo indeterminado que comenzó a la medianoche, y que en uno de los casos había sido convocada "hasta que se vaya De la Rúa".

El centro de Buenos Aires mostraba anoche un panorama desolador debido a la conjunción de saqueos y enfrentamientos. Habituada a la música de sus bares y al ruido del tránsito, los sonidos pertenecían ayer a las sirenas de las autobombas, las ambulancias y los patrulleros policiales, pero también a los disparos de gases lacrimógenos y escopetas con balas de goma. Pero también balas de plomo, por las que murieron ayer cinco manifestantes, tres de ellos frente a la Casa de Gobierno.

El aire era irrespirable e irritante...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR