Fernando Padilla Gutiérrez Hermosillo / Cuartos de Ira

AutorFernando Padilla Gutiérrez Hermosillo

Recuerdo entre sueños una escena común dentro de las caricaturas que veía de niño. En múltiples casos los personajes se encontraban en una especie de basurero de coches o máquinas viejas donde podían con un bate sacar su enojo. No recuerdo bien cuál caricatura fue o si lo vi en alguna serie de televisión, pero la escena vive dentro de mi cabeza. Un espacio semiutópico donde puedes romper, pegar, gritar sin mortificación alguna. El instinto destructivo toma poder y libera cualquier sentimiento reprimido.

Entre las reglas de la escuela o de las comidas familiares, donde había maneras correctas de comer, vestir y hasta jugar, un espacio tan contrario a todo esto me llamaba mucho la atención. Hace poco me enteré que estos espacios existen por todo el mundo y al parecer han estado en boga. Los llaman Cuartos de Ira y en Nueva York cobran, en promedio, 30 dólares por 30 minutos, con tus electrodomésticos favoritos y un bate de metal.

El dueño de uno de estos establecimientos explica que los usuarios comienzan tímidos y cautelosos, pero que después de unos bateos entra el instinto semiprimitivo y no hay televisión o microondas que se salve. Las personas tienden a llegar con algún tipo de carga emocional, unos con corazones rotos y otros con la carta de despedida en mano, llegan con la esperanza de externalizar su sentir.

En la tradición mexicana no tenemos cuartos de ira, pero tenemos la piñata. El mismo momento en que tus seres queridos te celebran, también te permite liberar el acumulado sentimiento. Cantando "dale, dale, dale, no pierdas el tino, porque si lo pierdes, pierdes el camino", te invitan (creo yo) a liberarte de toda carga; golpeando con un palo de madera la piñata, se espera, aclares tu vista y encuentres tu auténtico camino.

En medio de la pandemia, un anónimo artista italiano propuso crear espacios llamados "colinas de tristeza" dentro de los hospitales, casas de retiro y escuelas, espacios designados para liberar tanto el llanto como el enojo.

El desbalance entre tu vida exterior con la interior afecta tu funcionamiento diario de formas sutiles y obvias, pero sobre todo daña tu mente, cuerpo y espíritu. Son tus seres queridos los que pueden...

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