Fernando Guzmán/ Muertos

AutorFernando Guzmán

Mañana sábado, "celebramos la muerte" y recordamos a los que se nos han adelantado en el camino. Esta tradición tan mexicana, en la que comprendemos a la muerte como el inicio de una nueva vida en el orden sobrenatural, nos ofrece la oportunidad de recordar también a los grandes hombres que ya no están con nosotros y que generosamente se entregaron en la construcción de la ciudad que tenemos.

Me refiero en primer lugar a los fundadores de Guadalajara, a Nuño Beltrán a Juan de Oñate a Doña Beatriz Hernández a Cristóbal de Oñate y el puñado de hombres y mujeres valientes que después de más de una década, y de varios intentos de fundación, decidieron sembrar las raíces de Guadalajara en forma definitiva en este valle.

Hoy que recordamos lo pasajero de la vida terrena, sirva el ejemplo de nuestros fundadores para fortalecer la unidad y la identidad en los valores y la tradición de nuestra ciudad, cuya historia percibimos a través de sus edificios, casonas y su arquitectura.

En los rasgos de la Guadalajara cosmopolita y moderna de nuestros días es posible ver el perfil de nuestros fundadores e imaginar a Cristóbal de Oñate fundar la ciudad en 1455, "invocando al Altísimo y a nombre del Rey Carlos V" en ceremonia solemne de Cabildo.

Este día también es la oportunidad de valorar el legado de aquellos hombres que desde su circunstancia colaboraron en mayor o menor medida a definir nuestra cultura a moldear nuestras tradiciones y a forjar el temperamento tapatío, elementos que encuentran sus raíces en la obra de Fray Antonio Alcalde, de Juan Ruiz de Cabañas, en la arquitectura de Barragán, en la música de Pepe Guizar y en el legado de tantos hombres de la vida pública, en especial de aquellos seres anónimos que con su vida ordinaria moldearon nuestro presente.

En este día me gustaría recordar a Don Efraín González Luna, un tapatío que con su legado, su obra y su carisma transformó la historia de nuestro país, abriendo la posibilidad de acceder al poder por la vía democrática y desde ahí construir el Bien Común.

Don Efraín, un hombre cuyo legado no se limita y se agota en Acción Nacional, un hombre de letras, un humanista al servicio de México y de Jalisco cuya obra y pensamiento continuará floreciendo a lo largo de los años en la vida política de México, en los espacios de la sociedad y de la cultura. Un merecido homenaje en esta fecha en la que la muerte no nos separa, nos une.

La muerte que sólo es un paso en la continuidad de la existencia, nos...

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