Fernando Gutiérrez Moreno / La última gota

AutorFernando Gutiérrez Moreno

"La autoridad política tiene el derecho

y el deber de regular en función del bien común

el ejercicio legítimo del derecho de propiedad".

Gaudium et Spes

Entender la causa raíz de una crisis, tocar fondo, es el inicio de una recuperación; en esto tendremos que ahondar como sociedad para saber los porqués reales.

Lo que sí es meridiano es que ninguna crisis nos deja igual, al salir de ella mejoraremos o empeoraremos; tampoco es posible salir solos.

El decreto presidencial del pasado 29 de julio, que declara el agua en Nuevo León objeto de interés público y seguridad nacional, puso un llamado a la acción en clave legal, es una atribución del Ejecutivo federal y su emisión honra el pacto federal, y manda el mensaje que en la República nadie está solo.

Si éste es el mensaje, la unidad es el valor a tutelar, y sabernos parte del problema y de la solución nuestra fortaleza.

¿Cómo se explica este decreto? En muchas ocasiones el Gobernador envió mensajes claros a los tenedores de derechos de agua a emprender acciones generosas en beneficio de la comunidad y dar su agua en parte. Pocas empresas, siempre las principales, actuaron.

La crisis ya afectaba la vida social y resolver el abasto era prioritario. Las atribuciones legales en el manejo de agua son federales, toda vez que el agua, como bien, es propiedad de la nación.

Ante estos reiterados exhortos estatales a concretar acciones, hubo pies burocráticos en algunos organismos de representación industrial.

Los empleados de estos organismos apostaron a ganar tiempo, a simular acciones de papel, a la lluvia, a no hacer nada de fondo, a cualquier cosa diferente a asumir un rol de liderazgo y responsabilidad social. Distante y ajeno este comportamiento a lo que es la esencia industrial de nuestro Estado.

En las crisis de impacto social, el tiempo actúa en contra de las soluciones, polariza y rompe cualquier diálogo. Apostarle al tiempo es actuar en contra de la población.

En mi opinión esto explica el decreto, ya que lo primero que logra es poner en primera prioridad la atención a la crisis y elevar el problema a un tema de seguridad nacional, lo que da fuerza jurídica a las acciones y reduce tiempos de implantación de soluciones: poner la fuerza del Estado en la solución del mismo en sus dos vertientes, la inmediata y la de más largo alcance.

La tensión inmediata es el equivalente a una medicina en tiempos de enfermedad. ¿Hay medicina dulce? Sólo las pediátricas y esta crisis es de una sociedad adulta.

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