Felipe Díaz Garza/ Ya nos saquearon

AutorFelipe Díaz Garza

Al pastor de las ovejas priístas del Congreso local, Héctor Gutiérrez, le hace perder el sueño el origen empresarial de los integrantes del Gabinete económico de Fox, ya que, según él que es abogado, los futuros funcionarios "están acostumbrados a hacer lo que no les prohibe la ley y no lo que la ley les permite, así que preocupa el que peligra el principio de legalidad y el estado de derecho en la toma de decisiones".

Al abogado y Diputado Gutiérrez también lo inquieta que, de entrada, los anunciados secretarios de Fox estén hablando de ampliar la recaudación, lo que sólo puede darse, de acuerdo con lo dicho por el atemorizado legislador nuevoleonés, aumentando la base gravable a través de nuevos impuestos, de aumento a los ya existentes o de persecución a los evasores fiscales.

Pienso que es más peligroso que los empresarios o funcionarios empresariales tengan origen político o, hablando más claramente, que los políticos en ejercicio en la función pública busquen un futuro en la empresa privada. Eso ha sucedido ya, con funestos resultados para México o, al menos para los mexicanos pobres, que hacen abrumadora mayoría.

El abogado Gutiérrez debe recordar, tembloroso por el pavor si verdaderamente le preocupa la suerte de este país, que la terrible situación económica que vivimos actualmente es responsabilidad absoluta de funcionarios priístas, de origen priísta, que jamás fueron empresarios, pero que se asociaron moral y materialmente para beneficiar empresarios, aún estando prohibido expresamente por la ley, y para obtener enormes beneficios ellos mismos y convertirse posteriormente en prósperos empresarios o empleados privados.

Los 18 años de neoliberalismo priísta, De la Madrid, Salinas y Zedillo son priístas y ninguno de ellos tuvo origen empresarial, han sido los mejores 18 años del siglo para los profesionales del dinero que empezaron el ciclo ricos y se vuelven cada día más ricos, a pesar de que sus empresas bancarias, industriales y comerciales se volvieron pobres y sus dueños tuvieron que ser salvados por el Gobierno priísta no empresarial, con cargo a la base gravable.

Dicha base gravable fue neoliberalmente aumentada en repetidas ocasiones a través del incremento y la creación de impuestos, todo hecho por los políticos priístas en el poder, ninguno de ellos de filiación empresarial, hasta que fueron reciprocados, como le dicen los banqueros al moche, con comisiones accionarias o depósitos millonarios en cuentas en el extranjero...

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