Felipe Díaz Garza / Si te metes, te enzoquetas

AutorFelipe Díaz Garza

Casi todos los países de la región y muchos del resto del mundo han desconocido la legitimidad de Nicolás Maduro y muchos también han reconocido a Juan Guaidó como Presidente pelele.

De sobra conocida es la situación que priva en Venezuela por la presunta represión ejercida por Maduro contra sus millones de descontentos opositores, con el agravante de una crisis económica sin precedentes, escasez de productos básicos, hiperinflación y miedo ciudadano generalizado a la Policía y al Ejército de la dictadura.

Mas López Obrador, identificado por muchos mexicanos como simpatizante del régimen Chávez-Maduro, se mantiene firme en no intervenir negando la legitimidad de la dictadura, impuesta en un segundo periodo por una elección manipulada con votantes amenazados.

Ciertamente se trata de un asunto que no nos concierne a los mexicanos, cuyo desarrollo y desenlace deben ser resueltos por los venezolanos, soberanos en su país, en lo que los países extranjeros no deben intervenir.

Es lo mismo que México ha exigido siempre a quienes han pretendido meter sus patas y garras en nuestros asuntos (o las han metido) en contra de nuestra soberanía nacional.

De alguna manera, hemos logrado ir cambiando las cosas. Pudimos, solos y sin intromisión extranjera, deshacernos de la corrupta dictadura priista y de la corrupta complicidad o clonaje que el PAN-Gobierno armó con el PRI y sus satélites, como los sindicatos magisteriales y el petrolero. Los sacamos de Los Pinos y del control dictatorial y corruptor y elegimos libremente Presidente a López Obrador, con una copiosa votación.

Por supuesto que, durante la dictadura priista y su secreción panista, todos los países regionales y muchos del resto del mundo se frotaron las manos a la espera de oportunidades de meter sus patas al perol de la sopa revuelta. Pero nos retorcimos como gatos panza arriba y sacamos las uñas contra los "generosos" redentores.

Los hubo rojos, blancos, azules, amarillos, morenos, güeros y demás. De todo, desde los estalinistas hasta los gringos y, por supuesto, Castro y sus colegas regionales de derecha, de izquierda y del centro. Ni los...

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