Felipe Díaz Garza / Los limosneros de la Universidad

AutorFelipe Díaz Garza

La inteligencia disciplinada por el conocimiento a través de la educación desarrolla la sociedad.

Aun la mala educación genera utilidad social, pues la sola concentración de los jóvenes en los predios colegiales produce una dinámica positiva que transforma a los estudiantes en mejores personas que las que eran cuando entraron al proceso educativo, especialmente el superior.

Si la escuela es buena, las utilidades sociales son infinitamente mayores, claro. Pero basta juntar a una docena de inteligencias esponjosas para que, incluso sin maestros formales, la fiesta se vuelva cátedra.

Eso es igual aquí que en Harvard, en la UNAM o en la Patrice Lumumba, quizás ya inexistente esta vieja universidad soviética, de la que hubo muchos brillantes egresados que ayudaron a dar forma al convulsionado mundo de los años 60.

Ello a pesar -o por eso- del dogmatismo sectario del colegio comunista que, de alguna manera, metió relámpagos de luz en las mentes de sus estudiantes, algunos de ellos regiomontanos.

Si entendemos la educación como un estímulo al progreso, no como la solución de la pobreza ni el camino a la riqueza, tan solo un estímulo eléctrico, tarde o temprano saldremos de la pobreza y caminaremos a la riqueza.

Eso es lo que hay que ver detrás de la petición limosnera, como diría Raúl Rangel Frías, el gran "limosnero de la Universidad", del actual rector de la UANL para que los Diputados locales autoricen en el presupuesto estatal apoyos por mil 935 millones de pesos, en lugar de los mil 800 millones que la legislatura ya tiene en sus proyectos asignarle a la casa de estudios.

El rector Rogelio Garza Rivera ha pedido 135 millones de pesos más, que pueden ser definitivos para comprar un nuevo equipo para el Hospital Universitario, para convertirlo en un hospital de alta especialización en el que los jóvenes estudiantes de medicina aprenderán "in situ" a salvar vidas y curar enfermos para reintegrarlos al desarrollo.

O quizás la "limosna" permita ampliar instalaciones ya insuficientes o enriquecer fondos de becas agotados, para apoyar a quienes no pueden costearse su vida estudiantil.

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