Felipe Díaz Garza / Justicia en la eternidad

AutorFelipe Díaz Garza

Un pequeño grupo de ciudadanos marchó ayer por las calles de la Ciudad en demanda de paz social, en reacción a que aficionados del equipo futbolero Rayados agredieron salvajemente a un partidario del equipo Tigres, minutos antes del clásico del domingo antepasado.

Lo curioso del asunto es que la manifestación para pedir la paz, cuya defensa es obligación irrenunciable del Gobierno, haya sido organizada por el Secretario de Salud, Manuel de la O, funcionario y amigo personal del Gobernador Jaime Rodríguez Calderón.

Elnorte.com reportó ayer mismo que, al arranque de la marcha, el doctor De la O pidió a las familias velar por el diálogo y concertación antes que los golpes con los menores, para evitar que se repitan conductas violentas en la sociedad.

Siendo la violencia callejera casi mortal del domingo antepasado un desenlace típico del mal comportamiento infantil o juvenil que, según propone constantemente el Gobernador, debe ser reprimido por sus padres a nalgadas y cintarazos, lo que fatalmente engendrará más violencia.

Sin embargo, el Mandatario abandera la técnica conductista de la nalgada y el cintarazo y a menudo la propone, quizás ocurrentemente, pero con carácter mandatorio, dado el estatus de Rodríguez Calderón.

Por su parte, el abogado Gustavo A. Guerrero, Fiscal General de Nuevo León, no ha podido ligar una en todo este lío de los fanáticos futboleros enloquecidos por su entusiasmo fanático, adicionado por mucho alcohol bebido inmoderadamente en los estadios, antes, durante y después de los partidos.

El licenciado Gustavito tardó una eternidad en hallar a alguien a quien echarle la culpa de los trancazos del clásico. Sus investigaciones han sido lentas e infructuosas, lo que en otro país llevaría a un Fiscal correcto a renunciar, pero éste no es ese otro país.

De allí que al señor Fiscal se le ocurrió, siguiendo la moda de las ocurrencias tontas, que la justicia no está en la Tierra sino en el Cielo.

En el Cielo, cuya resolución final de todos los conflictos humanos vendrá más o menos a la consumación de los siglos, de acuerdo con el estilo del Gobierno estatal actual y sus asociados autónomos.

Por lo pronto, el sorpresivo fiscal general de la...

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