Felipe Díaz Garza / La estrella estrellada

AutorFelipe Díaz Garza

El desfile de estrellas vestidas a la próxima moda forma parte de los procesos de mercadotecnia del show business, que demandan exhibicionismo y frivolidad para vender los productos cinematográficos, que eso son las estrellas del espectáculo, más que sus películas.

Pero aplicar ese criterio a los guardaespaldas de un político es de locos, pues los guaruras entre menos se vean son más efectivos.

Esa locura es la que padece nuestro rey James, al mandar vestir a sus guaruras con los uniformes "de marca" más caros del mercado, identificables desde cualquier azotea, para que los entreviste sobre su modisto la cronista de la alfombra roja de la noche de gala en el ex Teatro Kodak del ejido Pablillo.

El Gobernador Jaime Rodríguez viste así a sus guaruras para que sus colugareños vean lo lejos que puede llegar un pablillense.

No viste así a la Policía, sino a los meros guardias pretorianos que rodean al monarca estrellado, más que estrella, pues perdió su segunda película, la de la elección presidencial, con todo y ser -o creer ser- ídolo de las multitudes, que se dejaron seducir por una estrella bastante más glamurosa que el tal Jimmy.

Son un montón, 135, que se dedican a abrirle paso en los cruceros hasta cuando va al baño; pararle el tráfico en los semáforos en rojo, pues nadie debe pasar antes que la estrellada estrella, y seguramente a huir si algún despistado como ellos y su jefe atenta contra éste, pensando que es alguien importante.

Vamos, sirven, como si se tratara de un producto del show business, para llamar la atención sobre el Gobernador y ponerlo en la mira de los eventuales magnicidas que, engañados por la nube de guaruras ataviados con creaciones de "Harmany" o de "Valenciego", se vayan con la finta de que se trata de algún potentado importante.

Y nada, que se trata del Gobernador de Nuevo León, siempre vestido de fachas, pero protegido por un batallón de bien vestidos y supongo que mejor armados guardias de corps, quien logra así un objetivo contrario al que se supone que estén destinados los maniquíes de modisto que trae consigo.

Tal despliegue de perfumados señala al Gobernador y lo ofrece como dulce en...

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