Felipe Díaz Garza / El Castillo de la Pureza

AutorFelipe Díaz Garza

La derecha empresarial y perversa ha conspirado, según Andrés Manuel López Obrador, para impedirle llegar a ser Presidente y salvar a México. Quizás el proyecto del "Peje" no nos salvaría, pero nunca lo sabremos, al menos no en el siguiente sexenio, lo que le permitirá a AMLO seguir justificando su fracaso con el "compló". La oposición perredista, priista y maligna en el Congreso conspiró, según el presidente Fox, para impedirle salvar a México en 15 minutos con su plan reformista de seis años.

Los críticos de Zedillo pusieron al país en peligro al criticar al mandatario. Los disidentes del salinismo conspiraron con su disidencia, desde el gobierno de Miguel de la Madrid, para cerrarle a México el acceso al primer mundo. Y antes fueron conspiradores los empresarios identificados por López Portillo y Echeverría como los cuervos de la desunión y los encapuchados de Chipinque. Y aun antes conspiraron los cristeros, los obregonistas, los vasconcelistas, los carrancistas, los malvados huertistas y así hasta el infinito.

Los derechistas y los cristeros, igual que los izquierdistas, los centristas, los anarquistas y los sinarquistas, tuvieron y tienen a sus santones de la conspiración, señalados por décadas como comunistas ateos, masones, liberales, socialistas y, desaparecidas todas estas denominaciones, perredistas o, lo que es peor, pejistas. El caso es que en este país todos tenemos a quien culpar de nuestras deficiencias, omisiones y equivocaciones. Y, claro, detectado el culpable, hay que satanizarlo y perseguirlo, aunque buscando no pescarlo para poder seguir disfrutando su patrocinio de nuestros errores.

La Unión Nacional de Padres de Familia (UNPF) ya encontró un culpable de la creciente baja de valor de los valores tradicionales y ya instrumenta una campaña persecutoria contra los conspiradores. La televisión es dañina para la salud de los niños, diagnosticó la Unión y recetó una estrategia terapéutica de aplicación inmediata. La Rx del caso se resume en que el liderazgo nacional de la UNPF ha convocado a los tutores a que asuman el compromiso de apagar la televisión a sus hijos todos los lunes. Sólo los lunes no toca, no en fines de semana de futbol y cerveza televisivos y productivos.

"El proyecto surge porque estamos conscientes de los antivalores que están en la televisión: violencia física, lenguaje vulgar, la mujer como instrumento de placer, sexualidad exacerbada, somos un pueblo adicto a la televisión", afirmó el presidente de la...

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