Felipe Díaz Garza / Cantó el gallo

AutorFelipe Díaz Garza

Hace cuatro años que el ayuntamiento de Ciudad Guadalupe, presidido entonces por Juan Francisco Rivera Bedoya, negó a la Unión Ganadera Regional, organizadora de la Expo Feria Guadalupe, el permiso para operar el palenque de dicha feria y celebrar allí las "tradicionales" peleas de gallos, con su consabida parafernalia de variedades diarias, sorteos y venta de bebidas alcohólicas.

Cuando yo era niño y joven era seguro ir a la Exposición. Pero las cosas cambiaron mucho del 64, que fue el último año que fui, a la narcodelinquida época presente, pletórica de ejecuciones, bandidos, secuestros y tráfico abierto de armas y narcóticos. La autoridad de Guadalupe argumentó hace cuatro años problemas de seguridad para la negativa de permiso al palenque.

Los problemas de seguridad estaban relacionados con conducta antisocial de los aficionados a las peleas de gallos, con la tranquilidad y buen vivir de los vecinos interrumpidos cada año por los intranquilos fanáticos del desplume mortal de los gallos.

Había peligro también en las horribles canciones de Juan Gabriel y otras joyas "artísticas" que estimulan al respetable a ponerse hasta atrás con la dichosa bebida de moderación, que los galleros y sus clientes consumían siempre inmoderadamente. Eso si no le pegaban ahí mismo a la adquisición y consumo liberal de otras drogas más efectivas.

Por supuesto, se quejaban los vecinos de la Exposición con razón, la mexicana alegría, la emoción de los gallos destrozándose unos a otros y las calentadas líricas de Juanga o Ale Guzmán sacaban a los asistentes a las calles de las colonias aledañas como legión romana azotando Germania bajo las ordenes de Máximo.

El ambiente de los gallos alguna vez fue sano y familiar en las películas de Pedro Infante. Pero actualmente un palenque es propicio para todo tipo de negociaciones truculentas, delictivas y similares, usted lo sabe bien.

Esa condición maligna concomitante de las peleas de gallos hacía mortalmente inseguro el ambiente del palenque de la Expo Feria Guadalupe y definitivamente no recomendable para los cientos o miles de familias populares que viven en los alrededores de lo que alguna vez hace mucho fue la segura Exposición Agrícola, Ganadera e Industrial.

Después de Paco Rivera, hasta a Cristina Díaz le dio la fuerza moral para seguir sosteniendo la prohibición de las peleas de gallos y toda su inseparable fauna de acompañamiento de borrachos peleoneros, tirando vómitos y orines en la vía pública, delincuentes...

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