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Felipe Díaz Garza / Brutos y rateros

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Vincent
AutorFelipe Díaz Garza

Es absurdo que un País miserable y en ruinas gaste 12 mil millones de pesos para financiar a los partidos políticos en sus campañas. Sobre todo considerando que los partidos saquean al País de mil formas distintas cuando ganan las elecciones. Vamos, les pagamos para que nos roben.

Conste que no me refiero tan sólo al simplismo primario de meterle la mano a la caja de la tesorería. Incluyo enfáticamente la incompetencia de los hombres que los partidos promueven, más costosa para el País que el robo o la colusión con delincuentes organizados.

En todo el País es evidente la incompetencia del Gobierno en la rama ejecutiva. Eso sin incluir la brutez legislativa y la irresponsabilidad judicial.

La falta de juicio es más cara que el peculado, la mordida y la complicidad con delincuentes, de cuello blanco o de botas y cintos de piel de víbora.

Lo peor es que la mayoría de los gobernantes no es sólo incompetente o sólo transera, sino que reúne los dos atributos en un solo organismo corrompido.

El Presidente y su círculo cercano de empleados han practicado lo corrupción al recibir propinas a cambio de contratos, como la "Casa Blanca" y la de Malinalco, nunca suficientemente citadas como ejemplos de conducta corrupta de funcionarios.

Pero también se han equivocado a lo grande, especialmente el Presidente y sus Secretarios de Hacienda, con un modelo económico que no ha funcionado, pues hay más pobres que cuando arrancó este régimen, y los ingresos de quienes tienen ingresos cada día compran menos satisfactores.

Hablamos del pueblo, claro, no del pequeño grupo de milmillonarios siempre favorecidos por las políticas económicas del Gobierno actual, como lo han sido históricamente desde la Presidencia de Carlos Salinas, padre moral de Peña Nieto.

Lo que no se llevan por malicia lo tiran por descuidados.

Por supuesto que un liderazgo así prohíja liderados iguales, como lo ha encuerado el escándalo de la multinacional brasileña Odebrecht, para la que trabajan muchos empleados públicos, de Secretario de Gabinete para abajo, que sólo han seguido el productivo ejemplo de la "Casa Blanca" y la empresa Higa, apapachada contractualmente...

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