Felipe Díaz Garza / El amputador de manos

AutorFelipe Díaz Garza

Mientras una buena parte de los recursos públicos siga yéndose por las coladeras de la ineficiencia, del populismo y de la corrupción, la iniciativa presidencial de reforma fiscal será rechazada por la sociedad, aunque su autor logre, cabildeando a la maestra, hacerla pasar exitosamente por el Congreso. Aprobadas por los legisladores pero condenadas por los ciudadanos, las nuevas leyes hacendarias seguirán siendo desobedecidas o evadidas, igual que las todavía vigentes, y la recaudación esperada, tan necesaria para el desarrollo, jamás llegará a las metas ideales.

Le quedará al gobierno, claro, la opción policiaca que logre con amenazas lo que la razón y la letra de la ley sean incapaces de obtener. Pero no queremos el estado policiaco, el Presidente Fox menos que nadie, pues nos convertiríamos en el paraíso fiscal para fiscales que no queremos ser. Además, si se persiguiera con severidad al evasor de impuestos, habría que perseguir con mayor dureza y con efectividad asegurada al dilapidador oficial de impuestos que tira a la basura, en el mejor de los casos, lo que usted y yo pagamos al fisco.

¿De qué nos va a servir tener mayores ingresos si el aparato público se los va a comer sin remedio, sin que los recursos devorados arrojen la menor productividad? Se lo aterrizo. La deuda derivada de los pasivos laborales del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) representa el 50 por ciento del PIB del 2002, reconoce la Secretaría de Hacienda en una proposición de reforma a ese instituto, que ya envió al Congreso. Estamos hablando de tres billones 76 mil millones de pesos, que es el costo estimado de las pensiones que cobrarán los 459 mil pensionados actuales y los 2.5 millones de afiliados activos una vez que se retiren. En este momento el déficit real del sistema de pensiones del ISSSTE es de 17 mil 600 millones de pesos, que se triplicarán en siete años y se multiplicarán por 10, más actualizaciones, para el año 2030.

En Hacienda saben el tamaño del problema. La crisis financiera es de tal magnitud, que amenaza con desfondar al ISSSTE, aunque realmente amenaza con desfondar al País y provocar desequilibrios macroeconómicos, advierte la proposición de la SHCP. La bronca es exponencial, pues cada vez hay más pensionados, al mismo tiempo que se reduce el número de trabajadores activos que pagan las pensiones.

Hacienda busca desesperadamente la reforma del ISSSTE. Mas cualquier reforma que se emprenda...

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