Felipe Díaz Garza/ El ciego es rey

AutorFelipe Díaz Garza

El Plan Nacional de Desarrollo, que el presidente Fox presentó al país el martes pasado, propone un futuro inmediato para México y plantea las acciones estratégicas necesarias para construirlo. Está muy bien todo lo que Fox propone en su Planade, pero lo que revisa antes de proponer es deprimente, ya que no sólo mira la construcción del porvenir sino que, para hacerlo, hurga en el pasado y en el presente, mostrándonos una radiografía del país y de la sociedad, apresurada y temerosa, sí, pero esencialmente realista.

En su Plan, Fox y sus tuertos nos cuentan a los ciegos una imagen reveladora, aunque desafocada y parcial, de la realidad nacional. Nos hablan de un país miserable, lleno de pobres sin casas y sin empleos, improductivo, sin escuelas para sus jóvenes sin educación. Ven un desarrollo económico injusto que beneficia a unos cuantos, ven corrupción pública y privada, ven una masa indígena y rural condenada fatalmente a la extinción o a la urbanización en las ciudades, donde su marginación y su pobreza tan sólo cambiarán de nicho clasificador.

Fox y sus tuertos no necesitan más que un ojo para percibir la inseguridad, la inmadurez política, el mal gobierno, el hambre, la insalubridad, la ignorancia, el abuso de los grupos económicos y sociales privilegiados sobre los desposeídos (más de seis de los últimos por cada uno de los primeros) y todos los indicadores, los espantosos indicadores, que revelan sin equivocación posible que México es un país en ruinas.

Pero lo que seguramente deja ciegos a estos tuertos es el encandilador resplandor de una verdad más verdadera que la del dicho popular que hace al tuerto rey de los ciegos. Esa verdad es la que nos dice, nos grita, que México no fue arruinado por el tuerto PRI y sus 70 años de ceguera gobernante. Nos dice también a gritos que el eventual fracaso del Planade foxista no será culpa de su autor, ni de su partido, Acción Nacional. A México lo arruinó, y lo seguirá arruinando hasta destruirlo, una sociedad de ciegos complacientes, mediocres y aprovechados, que no supo o no quiso apoyar los planes desarrolladores de otros tuertos que fueron presidentes antes que Fox, cuyos planes eran todos tan buenos como el del Presidente actual, pues ninguno de ellos, ni siquiera el peligroso y demencial Salinas de Gortari, se propuso destruir este país, sino todo lo contrario. Pero con todos ellos, sin excepción, México caminó hacia la destrucción, como lo fotografía el Planade foxista en sus...

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