Felipe Díaz Garza / Otro adulterio gubernamental

AutorFelipe Díaz Garza

La educación pública mexicana funcionaba con ciertos resultados y el equilibrio de fuerzas sindicales y gubernamentales permitía que el proceso educativo tuviera un flujo positivo que empujaba el desarrollo del País. Pero el sistema entró en picada hace casi cuatro décadas con la radicalización de la corrupción sindical, a partir de la Presidencia de Luis Echeverría y del liderazgo magisterial de Carlos Jonguitud Barrios.

Este último fue destronado en 1989 por su protegida, Elba Esther Gordillo, quien corrigió y aumentó la corrupción traicionera de su protector, al amparo de su nuevo protector o protegido: Carlos Salinas de Gortari. Elba casó al sindicato en adulterio con el Gobierno priista, le vendió sus favores (los del sindicato) y repitió en terceras nupcias con el Gobierno panista.

El Gobierno actual le cedió en franquicia libre a su dirigente vitalicia la operación virtual de la educación, convirtiéndose la señora en una Secretaria de Educación Pública alterna, incluso con más poder que la propia Secretaria, en el caso de Josefina Vázquez Mota o que el hoy enfermo Secretario Alonso Lujambio. Se dio el lujo Elba Esther de tener un Secretario de Educación delegado, Reyes Tamez, durante el sexenio de Vicente Fox, quien consumó el concordato entreguista de su Gobierno, el primer Gobierno federal panista, con el sindicato de Elba Esther.

Los resultados están a la vista en la reprobación de un sistema de enseñanza, cuyos egresados no tienen habilidades matemáticas, no entienden lo que leen o simplemente no leen, como lo han revelado las revisiones de agencias internacionales, entre ellas la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que el año pasado reprobó a nuestro proceso educativo.

Es palpable el decaimiento de nuestro desarrollo, que ha disparado los índices de pobreza, de desempleo, de insalubridad, de ignorancia y de falta de oportunidades, con la concomitante alza de la inseguridad pública, la violencia criminal y la delincuencia organizada y la desorganizada, siendo los ejércitos del mal de esta última nutridos por los pobres, por los desempleados, por los mal curados y por los peor educados que no tienen oportunidades por culpa de un sistema educativo saboteado por la complicidad del Gobierno mexicano y el sindicato de maestros.

En ese...

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