Felipe Díaz Garza / Nomás abdicas y te vas

AutorFelipe Díaz Garza

El Presidente Felipe Calderón regañó el martes a 300 líderes de opinión, presuntamente los más influyentes de México, convocados por la revista Líderes. Empresarios, cantantes de rock, dueños de medios de comunicación y jerarcas religiosos fueron sermoneados por Calderón.

"Quien quiera ejercer de veras su liderazgo... quien quiera ejercer su liderazgo fuerte y en serio tiene todavía una puerta, que el día que la recorra, quizá, México pueda ser distinto", dijo.

"Sí, sí me estoy refiriendo a ser candidatas y candidatos. Sí, sí me estoy refiriendo a esa actividad deleznable, porque, la verdad, es del cocol, digamos, ser político y aguantar todo lo que se dice de los políticos en este país", argumentó el Presidente.

En la misma comida anual de Líderes fue entrevistado el célebre Obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda, quien anunció que en la elección presidencial del 2012 "le pediría al que salga Presidente, primero que sea eficaz, que sea eficiente, que se preocupe por el pueblo y que no se clave mucha lana, con eso me conformo".

En un nivel republicano más bajo, la dirigencia de la Canaco de Monterrey pidió el miércoles a la Administración del Alcalde Fernando Larrazabal invertir en espacios que permitan a los comerciantes desalojados de la calle Colegio Civil ejercer su oficio legalmente.

"A mí no se me hace malo pensar que el Municipio pudiera aportar una cantidad para acelerar esos proyectos, construir buenos lugares a esos comerciantes con las normas de seguridad, higiene, escaleras eléctricas, comidas en la parte superior, cines, algo que haga que la gente acuda a esos lugares", propuso Juan Ernesto Sandoval, presidente del sindicato de comerciantes.

En principio parece no haber nada malo en las proposiciones del Presidente, del Obispo y del líder de los comerciantes regiomontanos. Pero sí lo hay. Estamos pasando por alto que cada sector de la sociedad tiene y debe cumplir una misión concreta y ejercer en ello una vocación única, especialmente en una democracia, aun quizás con más razón en una democracia incipiente y frágil como la nuestra.

La clase política no puede abdicar a su responsabilidad de gobernar, como lo propone el melancólico Calderón que exhorta a los líderes sociales a tomar de sus manos la conducción del Estado y pasar de críticos de su gobierno a criticados por la sociedad.

El Obispo no puede...

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