Felipe DÃaz Garza / La oferta y la demanda
| Autor | Felipe DÃaz Garza |
Es muy posible que esté en lo cierto el procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, cuando califica como cínica la política antidrogas de Estados Unidos. Pero ésa sería tan sólo una parte de la verdad y esa parte no es el todo, por contundente que sea.
"De los 350 mil millones de dólares que la ONU estima como valor total del mercado de las drogas, el 70 por ciento se genera y se queda en los lugares de consumo", dijo anteayer el funcionario federal durante una conferencia que dictó a integrantes del Instituto de Desarrollo Empresarial Anáhuac. El procurador agregó que: "Evidentemente, si no se rompe la ecuación de ese lado, entonces es muy difícil, y esos países tienden a ser... iba a decir tolerantes, pero yo creo que tienden a ser cínicos con respecto al problema de consumo".
Ciertamente Estados Unidos es el mayor consumidor de estupefacientes del mundo, lo que hace blanco a ese país de los esfuerzos mercantiles de todos los productores y traficantes extranacionales de narcóticos. Pero la producción y el tráfico de drogas destinadas al enorme y productivo mercado de consumidores de Estados Unidos son estimulados precisamente por la demanda. En ese sentido los Estados Unidos "son los principales responsables del tráfico de drogas. Mientras que no haya reducción sustancial del consumo en los países desarrollados, no hay oportunidad de que un país como México pueda reducir la oferta", aseveró el presidente Felipe Calderón en entrevista publicada por el diario francés Le Figaro el 5 de junio. El presidente Calderón dijo responsables, no culpables, aunque para el caso sea casi lo mismo.
Por su parte, el gobierno estadounidense y su brazo antidrogas, la DEA, sistemáticamente atribuyen a México, no a los narcodelincuentes mexicanos o a los de paso hacia el norte, sino a México y a su gobierno y hasta a su pueblo la culpabilidad, no la responsabilidad del problema de las drogas en Estados Unidos, que sin duda es de proporciones aterradoramente grandes, tan grandes como el índice de norteamericanos narcoadictos, que es verdaderamente monstruoso.
Claro que hay cinismo en la actitud de los americanos, como asegura el procurador Medina Mora, que nos culpan a usted y a mí, que no tenemos vela en el entierro, de que sus millones de adictos, la mayoría surtidos en sus necesidades por detallistas compatriotas suyos, provoquen la oferta de narcóticos con su demanda, que satisfacen los grandes productores y traficantes, esos sí usualmente...
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