Felipe Calderón Hinojosa/ La guerra con Iraq

AutorFelipe Calderón Hinojosa

En todo el mundo, millones de personas se manifestaron en las calles en contra de una posible intervención militar en Iraq. Bastaba prender la televisión, escuchar el radio o abrir un periódico para ver las numerosas expresiones de repudio a lo que podría ser la primera guerra del tercer milenio. Pero más interesante aún resultaba ver que grupos antagónicos o sin relación en otros contextos marcharon pacíficamente mostrando su opinión al mundo. Grupos religiosos, ecologistas, escritores, partidos políticos de derechas y de izquierdas, organizaciones en contra y en favor de la globalización expresaron conjuntamente un no a la guerra.

Las posiciones en contra son compartidas por millares de personas alrededor del mundo. Si bien es cierto que las manifestaciones, por sí mismas, no pueden detener la guerra, también es cierto que aceleraron el proceso de conciencia global sobre los efectos de la guerra. Esto último sí puede detenerla.

Los ciudadanos hablan y los gobiernos actúan en consecuencia. Cuando menos el mexicano, que nos compete directamente, ha expresado abiertamente que el país prefiere las vías diplomáticas a la guerra y que si se demuestra que Iraq no ha cumplido cabalmente con la Resolución 1441 y se rehúsa a hacerlo, la mejor forma de garantizar la paz mundial y el equilibrio internacional de fuerzas es una maniobra coactiva multilateral de la comunidad internacional. Es decir, el gobierno mexicano ha expresado un rotundo no a la guerra, pero apoyaría una acción multilateral concertada si fuese el último requisito para mantener la paz en el planeta. Este es un punto importante: no basta oponerse al conflicto bélico, sino que hay que asegurar que la amenaza que Iraq sí representa desaparezca, aunque ello lleve implícito el riesgo de guerra.

Ser miembro del Consejo de Seguridad de la ONU implica muchas responsabilidades; entre ellas, hablar por el país y a nombre de la comunidad internacional. Esta posición no es sencilla, particularmente porque el voto mexicano podría ser decisivo para que el respaldo a una acción multilateral en contra de Iraq sea negado. Siendo extremadamente objetivos, no existe aún evidencia contundente de que el régimen de Saddam Hussein posea armas de destrucción masiva que contravengan la Resolución 1441 de la ONU. Este ha sido justamente el reporte que hicieron los inspectores de la ONU.

Sin embargo, la información que poseen los inspectores no permite asegurar que Iraq no esté desarrollando armas de...

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