¡Felices 75, Robert!

AutorGayden Wren

El 18 de agosto, Robert Redford cumplirá 75 años, una ocasión idónea para reconocer al hombre que bien podría ser el actor más importante de su generación.

Ésa es una afirmación audaz y, definitivamente, hay muchos otros actores que podrían ser merecedores de esa distinción.

Los simpatizantes de Robert Duvall, Anthony Hopkins, Helen Mirren, Paul Newman, Sidney Poitier o Vanessa Redgrave no tienen nada de qué disculparse. Aun así, a ellos y a otros contendientes factibles les sería difícil igualar el impacto que ha tenido Redford sobre Hollywood en el último cuarto de siglo.

Quizás lo más impresionante de los logros de Redford como actor, director, productor y paladín del cine independiente es que no tenía necesidad de incursionar en nada de ello.

Genéticamente agraciado con un cuerpo atlético y con los clásicos rasgos físicos que sólo se han vuelto más marcados e interesantes con la edad, Redford podría habérsela llevado fácil interpretando durante varias décadas el tipo de papeles de primer actor "galán" que realizó en los inicios de su trayectoria.

En lugar de ello, parecía ver su atractivo físico como un reto, como una barrera entre sí mismo y el ser tomado en serio que estaba resuelto a superar, a eludir o hacer estallar en pedazos.

Su primera meta fue establecerse como un actor creíble.

Cuando decidió dedicarse a la actuación, tras intentar brevemente una carrera como pintor, no se dirigió directamente a Hollywood, lo que habría sido una opción lógica para un joven que nació a unos kilómetros de distancia, en Santa Mónica, California.

En su lugar, Redford se dirigió a Nueva York para estudiar en la Academia Estadounidense de Artes Dramáticas.

Después de graduarse, permaneció en Nueva York y se metió de lleno en el mundo espontáneo de la televisión en vivo, en una época en la que los dramas desafiantes aún no eran expulsados de la televisión por las series comerciales.

Así, al aparecer en series legendarias como Playhouse 90 (1960), Naked City (1961), Route 66 (1961), Alfred Hitchcock Presents (1961) y La Dimensión Desconocida (The Twilight Zone, 1962), Redford trabajó con actores y directores jóvenes y ambiciosos, haciendo una sólida labor en producciones montadas al vapor y poco ensayadas, con mordacidad y sustancia.

Para cuando hizo su debut en la pantalla grande, en el drama sobre la Guerra de Corea War Hunt (1962), Redford sintió que había probado sus aptitudes como actor, pero en los primeros años de su trayectoria, raras veces le...

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