Federico Reyes Heroles / La gente bonita de FOM

AutorFederico Reyes Heroles

Delgado y siempre elegante, con su nutrido bigote y un colorido pañuelo en la bolsa de su tweed, con esos ojos vivaces y traviesos, se levantó de su asiento con la copa entre las manos. Brindó por la amistad, por la inteligencia, por la pasión. Después vino algo que me causó desconcierto: "por la gente bonita". Allí estaban sus amigos de la Facultad de Medicina de la UNAM, ex rectores, médicos muy connotados y un nutrido grupo de jóvenes ex alumnos suyos, ahora colegas, que alzaron sus copas. Era claro que además del respeto al maestro de décadas, compartían con él algo muy profundo. La expresión "gente bonita" me quedó rondando en la cabeza.

Vivía "Pollito", su compañera de vida, esa alma buena que -detrás de su suavidad- escondía la sabiduría de conocer y compartir la plenitud de lo sencillo con su amplia familia. FOM todavía ejercía directamente la cirugía. Pero resulta que su especialidad no goza de buena fama, menos aún hace medio siglo. Ser cirujano plástico remite, a muchos, de inmediato a la frivolidad de querer tener una nariz más respingada o unos pechos más llamativos o quitarse edad a través de mil trucos. FOM y sus alumnos eran conocidos por sus conocimientos en esa área que los ha nutrido de excelentes anécdotas. Se imagina usted si le propusieran embellecer a Gadafi, un caso extravagante.

Mi primera reacción aquella tarde al escuchar "gente bonita" fue pensar en esas frivolidades. Qué equivocado estaba. Lo que unía a los cirujanos en ese brindis era algo muy diferente. El rostro del ser humano concentra buena parte de su capacidad expresiva. Alegría, dolor, tristeza, amor, sorpresa, intriga, cariño, todo cruza por esos cuarenta músculos que nos permiten vivir e interactuar en sociedad. Por un lado están los accidentes, los quemados, los mutilados en diverso grado. Pero hay algo aún más estremecedor: las deformaciones congénitas. ¿A quién culpar cuando un niño nace con paladar hendido, a Dios por su descuido o a un maldito gen que no anuncia sus existencia? De poco sirve buscar culpables, las desgracias están allí afectando la vida y las almas de miles de niños. FOM y sus seguidores tomaron esta segunda vertiente, la más terrible y desgarradora. Se especializaron en deformaciones congénitas en niños, debiera decir en cómo corregirlas.

Imagine el lector a un niño que nace con dos narices o un tumor que llega a ocupar la mitad del rostro, o una deformación craneana que impide que el cerebro se desarrolle con normalidad...

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