Federico Reyes Heroles / De emergencias

AutorFederico Reyes Heroles

La emergencia es real. Un virus nuevo de entrada supone desconocimiento. Sin embargo, la reacción institucional ha sido buena. Ha habido errores, pero en general no podemos criticar falta de energía o coordinación. Se siente el Estado. Apareció lo invisible, aquello de lo que el ciudadano común no tiene por qué saber. El Sistema de Vigilancia Epidemiológica reaccionó a tiempo. Es un grupo de profesionistas encargados de dar la alarma. ¿Quién los formó, de dónde vienen? Vienen del pasado hoy vapuleado todos los días, vienen de Kumate, Soberón, De la Fuente, Frenk, entre otros. En México hay cuadros de primera.

Después apareció lo visible. La reacción oficial ha sido enérgica: suspensión de clases, vaciamiento de oficinas públicas e información. La Federación actuando. Pero, qué hacer con las actividades en entidades de oposición sobre las cuales la Ley Federal de Salud no tiene facultades. Allí sólo la información y el convencimiento operarán. Por lo pronto el gobierno del Distrito Federal, del PRD, y el del estado de México, del PRI, se montaron de inmediato en la estrategia federal, del PAN. Increíble. Los datos son tan graves que no hacerlo hubiera supuesto un acto suicida, pero en México vemos actos suicidas todos los días, de ahí lo excepcional. Pero, ¿y qué hacer con aquellos ámbitos que quedan sueltos?

Iglesias vacías, auditorios vacíos, cines, de todas las grandes cadenas, vacíos. Un gran número de restaurantes cerrados incluso los "antros". Gobierno federal y GDF trabajando, por lo que se ve, en acuerdo. Lo visible fue eso. El Ejército repartiendo tapabocas, alrededor de 6 millones. La excepcional presencia de los militares en las calles de la capital no causa ni suspicacias, ni nada. Simplemente cumplen su labor. Es un México de instituciones que tampoco se construyó ayer. Los medios, en lo general, han actuado responsablemente: difundiendo información, convocando a las precauciones pero sin generar pánico. Hasta el IFE cedió sus interminables espacios para contribuir a la causa. Todo es asombroso, actuamos como una nación.

Viene la reacción de la ciudadanía, cajeras en centros comerciales, farmacias, despachadores, chóferes de taxi, meseros, ciudadanos comunes todos con sus tapabocas. Sin miedo pero sin concesión, tomando las precauciones debidas. Por cierto, los 6 millones más los comercializados no fueron suficientes, faltan, hay escasez. Esa cultura de la emergencia tampoco se construyó ayer. Se trata de una ciudadanía que ha...

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