Federico Reyes Heroles / Más allá del ombligo

AutorFederico Reyes Heroles

Felices, gozosos, seguros de sí mismos, así se pavonearon en Los Ángeles los mexicanos nominados por la Academia. Fotógrafos, guionistas, directores, especialistas todos en áreas de alta complejidad. Estaban en La Meca con múltiples nominaciones y salieron con varias merecidas estatuillas. Nunca antes el cine mexicano había tenido en esas lides una presencia tan notable. Se trata de un grupo de profesionistas sin duda brillantes y arrojados que no se han amilanado frente a los gigantes de Hollywood y del mundo. Mexicanos crecidos sin condicionamientos mentales. Las lecciones son varias.

¿Necesita la cultura de un invernadero de cuidados especiales para que fructifique? ¿Pueden los mercados abiertos acabar con identidad cultural de una nación? ¿Existe algo así como identidad cultural? ¿No estaremos inventando fantasmas? Durante la discusión previa a la firma del TLC corría un argumento muy popular: nos van a devorar, van a arrasar con nuestra cultura. Llevado al extremo y al ridículo se afirmaba que las grandes cadenas de restaurantes -hamburgueserías, de sushi o lo que sea- acabarían con nuestras tradiciones culinarias. El síndrome McDonalds.

Los que estábamos a favor del Tratado argumentábamos en contra que una cultura que no resiste la confrontación no vale la pena. Sea la tradición de la tortilla y el maíz frente al trigo, la producción de teatro, cine o poesía. Por el contrario, y en esto Carlos Fuentes ha sido muy insistente, las confrontaciones enriquecen. Pueden ser una poda para los débiles, pero también un gran estímulo para los que tienen garra. La llamada "identidad cultural" no puede ser una especie de invernadero que se destruye con cualquier alteración. Basta con mirar la auténtica explosión cultural de algunas ciudades de nuestra frontera norte y del sur de Estados Unidos producto en buena medida de la confrontación cultural intensificada.

Las grandes ciudades del mundo, las grandes naciones son siempre sitios de encuentro: de Córdoba a Nueva York, pasando por Venecia. La lección que nos da este grupo de mexicanos es ésa, la única forma de ser exitoso es aceptando la necesaria confrontación. Ello supone no temer a los estándares internacionales, ir a la incómoda comparación, a la competencia y al mercado como un sistema de estímulo. Los orgullosos mexicanos que el domingo se codearon con los grandes como profesionistas crecieron en un entorno económico y cultural que nunca había estado tan abierto. En sus trayectorias, como...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR