Federico Reyes Heroles / El sólido intangible

AutorFederico Reyes Heroles

Sin seguridad básica no se puede construir un país. Pero la seguridad no es un proyecto de nación. No regresemos al debate de si Calderón hizo bien o no en entrar a la llamada "guerra" contra los narcos. Formalmente recibió la solicitud de intervenir con fuerzas federales. ¿Hubiera sido mejor que no actuara? Difícil afirmarlo. Todavía no es claro que las cifras nos anuncien la salida del túnel. A Peña Nieto le toca, así lo ha anunciado, seguir con la batalla, aunque con cambios. Entonces, no sabemos a ciencia cierta si la "guerra" en las calles se va ganando. Pero hay otra batalla en la cual sí es claro que Calderón y el país salieron perdiendo: la del ánimo.

Al ponerse la casaca en los primeros días de su gobierno, Calderón tatuó su gestión con esa causa. Por más que se quejara de que los medios sólo envenenaban con las notas amarillistas, la verdad es que él tampoco desaprovechó un espacio para insistir en la valía de su gesta. Al hacerlo Calderón mismo provocaba que los medios dieran esos espacios informativos a la "guerra". Resultado: un círculo vicioso. Además apareció un elemento sorpresivo, el narcoterrorismo. México había sufrido actos terroristas aislados, una torre de electricidad derribada por el EPR, un bombazo sin heridos ni muertes en la capital. Pero nunca habíamos confrontado una verdadera estrategia de terror. Cabezas tiradas por aquí y por allá, cuerpos descuartizados, un horror. A diferencia de otras naciones como España y Colombia, en México no había experiencia en cómo lidiar con terrorismo, en este caso narcoterrorismo. Se agravó el enredo.

Los medios de comunicación, sin darse cuenta, tendieron un tapete rojo al uso del terror. Un ejemplo, si una narcomanta aparece colgada en una vía principal de Monterrey, la verán unos cuantos miles antes de que sea retirada. Pero si esa manta la reproducen las dos grandes cadenas de televisión, el mensaje llegará decenas de millones de mexicanos. De ahí surgió la idea de un acuerdo entre los medios que retoma otras experiencias, precisamente de España con ETA y de Colombia con las FARC. No se intenta limitar el deber de informar, simplemente se propone encontrar el equilibrio entre el acto de informar y la colaboración involuntaria e irresponsable con las fuerzas que atentan contra el Estado.

Por su lado la Presidencia hizo suya a la "guerra" como principal mensaje de comunicación. Agarraron al "Cuatro ojos" y al "Cinco manos" se convirtió en el material central de sus mensajes...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR