Federico Reyes Heroles / Dolor latinoamericano

AutorFederico Reyes Heroles

DUBLÍN.- Encaminados a los centenarios de nuestras independencias, orgullosos de nuestros difíciles partos nacionales, con múltiples héroes a los cuales rendimos tributo sistemático, herederos, eso decimos por lo menos, de una tradición indígena e ibérica sin igual, América Latina sigue siendo más un capricho lingüístico y cultural que un proyecto serio de desarrollo. Enrique Iglesias, conocedor profundo de nuestras realidades, ahora con la encomienda de dar continuidad a las Cumbres de Iberoamérica, lanza desde Salamanca un grito de advertencia. El llamado cae en el vacío. Orgullosos como estamos de nosotros mismos, poco tenemos que aprender del mundo. Mucho de ignorancia y algo de soberbia conforman el fatídico elixir que nos mantiene en una ensoñación mortal. Las preguntas están allí ¿qué lugar va ocupar América Latina en esta nueva era de sorpresas marcadas por la productividad?

Los pretextos y excusas nos ahogan. Primero fue el ogro del imperio español. Nos saquearon, gritamos a los cuatro vientos, se llevaron nuestro oro, nuestra plata, nos dieron espejitos para llevarse nuestras riquezas. Eso explica nuestro retraso en el mundo. Nada decimos por cierto de la brutal diferencia entre el desarrollo cultural y científico de lo que llamamos viejo continente y las expresiones que reinaban en nuestros territorios. Conservadores y liberales, centralistas y federalistas, Bolívar como la gran referencia del proyecto unificador que todavía no llega. Así nacieron la mayoría de las naciones, copiando, sin admitirlo, las formas de organización política de la Europa ilustrada y de Estados Unidos, tratando de instalar órdenes legales de arriba hacia abajo. Así nacieron repúblicas sin ciudadanos, países sin sociedad. Los cascarones vacíos de respaldo social siguen siendo referencia obligada de nuestra esquizofrenia: por un lado las magníficas constituciones y por el otro la incontrolable realidad social.

Llegamos al siglo 21 con interminables resquemores y odios. ¿Una Latinoamérica unida, dónde? Brasil se piensa siempre el nuevo imperio y ve a México como traidor que mira al norte; Venezuela anda demasiado ocupada con su guerra anti imperial. Colombia lucha denodadamente por mantener su integridad. Bolivia sueña con mucho trabajo en una gobernabilidad mínima. Argentina se devora a sí misma, ejercicio en el cual ya tiene tradición. México suda frío ante la institucionalización de una parálisis democrática. Perú deambula con una democracia tan débil...

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