Frontera Invisible/ Fatiga y confusión en la relación bilateral

AutorSergio Muñoz Bata

En la relación entre México y Estados Unidos hay signos evidentes de fatiga y confusión. De otra forma, cómo interpretar el reciente discurso del Presidente Vicente Fox ante el Consejo de las Américas en Nueva York sino como un reclamo directo al Presidente George W. Bush. "No puede haber una relación privilegiada entre Estados Unidos y México," dijo Fox, "sin un avance real en asuntos sustantivos en nuestra agenda bilateral. Y no podrá haber un avance sustantivo sin abordar en forma integral el tema de la inmigración".

Visto desde la perspectiva norteamericana el discurso de Fox plantea serias dudas e interrogantes. ¿Busca acaso el Presidente mexicano presionar a su mejor aliado? ¿Si este fuera el caso a quién va dirigido su mensaje? ¿En una negociación interrumpida se puede o se debe poner un ultimátum a uno de los interlocutores? ¿Frente a las elecciones congresionales en noviembre es a principios de mayo el mejor momento para hacer estos planteamientos? ¿Entiende el Presidente Fox cómo se dan los tiempos de los procesos políticos norteamericanos? ¿En verdad quiere el Presidente Fox hacer de la inmigración la prueba de fuego de la relación?

Tradicionalmente, la inmigración ilegal de mexicanos a Estados Unidos ha sido uno de los temas más conflictivos de la agenda bilateral. Las atrevidas propuestas iniciales de Fox y de Jorge G. Castañeda sobre migración, por más imaginativas e ingeniosas que fueran, no eran más que una apuesta que requería de un trabajo brutal en el Congreso con republicanos y demócratas, con la comunidad latina, con los sindicatos y las asociaciones de patrones y cámaras de comercio locales, para darles contenido y quitarle rispidez al tema.

Desafortunadamente para México, el proceso político del debate sobre la cuestión migratoria se interrumpió el 11 de septiembre. Mucho antes de que las propuestas aterrizaran en consensos que resultaran aceptables para todos los actores. Es decir, previo al ataque terrorista no se había cocinado todavía la "gran enchilada," de la que hablaba entonces Castañeda.

Así las cosas, me pregunto si en Nueva York el Presidente Fox pensó que un acuerdo migratorio de la dimensión imaginada por México sería factible si tan sólo el Presidente Bush lo deseara. Si este es el caso, entonces es evidente que Fox no tiene idea de cómo funcionan los procesos políticos en Estados Unidos.

Encontrar la manera de llevar una buena relación con Estados Unidos no es fácil. La presencia norteamericana en las...

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