Farid Kahhat / El invierno de dos patriarcas

AutorFarid Kahhat

La palabra "crisis", por ejemplo, proviene de la ciencia médica. Esta a su vez la toma del griego "krinein", que significa "separar".

En medicina se define como un punto de inflexión dentro del desarrollo de una enfermedad, a partir del cual o bien se inicia una mejoría sostenida en la salud del paciente, o bien esta se deteriora de manera irremediable.

El paralelo con el empleo que hace del término la ciencia política debería pues resultar obvio. Este último sin embargo no es un uso relevante para entender las posibles implicaciones políticas de las crisis de salud que padecen tanto Fidel Castro como Augusto Pinochet.

Por que aún en caso de que ambos logren burlar a la parca, es poco probable que vuelvan a ser las figuras en torno a las cuales se polarizan sus respectivas naciones.

La Cuba de Castro dejó hace ya tiempo de cautivar la imaginación de los jóvenes idealistas de América Latina, a medida que sus indicadores sociales se deterioraban tras la desaparición del subsidio soviético.

Por lo demás, varios países de la región han logrado superar los índices de desarrollo humano de Cuba, sin tener que renunciar a sus libertades políticas para conseguirlo.

Y los recientes discursos de Raúl Castro ofreciendo una negociación política al gobierno de los Estados Unidos parecen apuntalar los argumentos de quienes auguran que la Cuba post-Castro habría de seguir el ejemplo de Vietnam.

La imagen que mejor ilustra la idea es la del Presidente vietnamita, Nguyen Minh Triet, estrechando la mano de George W. Bush ante una efigie de Ho Chi Minh sobre un fondo rojo (símbolo de la derrota militar de los Estados Unidos a manos de los comunistas); todo ello durante la inauguración de la reciente cumbre de la APEC en Hanoi (símbolo, a su vez, de la derrota del comunismo como modelo económico).

Quienes ven en Hugo Chávez a un émulo de Fidel Castro, tendrán que admitir no sólo que el primero carece de la sagaz astucia de su mentor (aunque tiene suficiente petróleo para lubricar todos los engranajes que atascan sus dislates), sino además que Venezuela no es Cuba.

Es cierto que el gobierno de Chávez ha copado las instituciones del Estado venezolano, y que ha utilizado medios públicos tanto para fines proselitistas, como para hostigar a sus opositores. Pero en Venezuela, a diferencia de Cuba, existen partidos políticos, organizaciones de la sociedad civil y medios masivos de comunicación que el Estado no controla, y que se oponen al régimen de Chávez.

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