Fantasmas de la casona

Compré esta casa aquí en el área metropolitana de Monterrey hace como unos 20 años.

Según los datos que me dieron se construyó a mediados del Siglo 18, luego fue remozada allá por 1800 y actualmente poco a poco la voy reparando.

Tiene una historia interesante, pues me dice su antiguo dueño, que allá en la época de los cristeros sirvió de refugio a varios religiosos que la adecuaron como hospicio para los desamparados y enfermos.

La primera vez que tuve aquí un encuentro con lo desconocido fue hace muchos años, recuerdo que cuando entré a dormir en la que era mi habitación, escuché que las vigas, paredes y muebles crujían muy feo.

Me asusté porque pensé que todo aquello se iba a desplomar, pero después de un rato se calmó todo.

Otra madrugada me jalaron los pies muy fuerte, pero no hice caso y volví a dormir.

Pasaron unos minutos y volvieron a hacer lo mismo, sólo que ahora no me soltaban y yo en mi mente empecé a decir maldiciones.

Dicen que con eso se van los malos espíritus, yo no podía moverme, estaba totalmente paralizado.

Luego de un rato yo sentí que mi cuerpo se quedaba ahí en la cama y que mi espíritu era jalado hacia la pared.

Desperté muy asustado, pero ya todo estaba normal.

En una ocasión sentía que bajo el colchón algo se movía de un lado a otro, como si ahí estuviera un animal aprisionado.

Me desperté y al levantarlo no había absolutamente nada.

El último susto ahí fue que una mano negra salió de la pared y me jaló el cabello, me tenía bien aprisionado, pero al ver que no me asustaba me soltó y entonces pude dormir.

Una vez, detrás de la puerta, vi una luz de color azul intenso, muy bonita, que iluminaba tenuemente la silueta de un hombre.

Yo estaba impresionado y más cuando con su dedo índice me apuntó hacia un rincón de la casa.

Imagino que me quería decir un...

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