Proyecto Familia / Construya en pareja su felicidad

AutorMagdalena R. de Mellado

Es común que las parejas de jóvenes que desean contraer matrimonio, vayan como flotando entre nubes y viendo todo color de rosa. Algunos piensan que como en los cuentos, el final de la historia es el día de la boda y que vivirán felices el resto de sus vidas.

En realidad, la boda es el principio de la aventura que como pareja van a vivir, en la cual el "final feliz" se construye todos los días.

Para ser felices dentro del matrimonio, hay que trabajar muy duro y sobre todo, amarse no sólo con el corazón, sino con la voluntad y el compromiso de querer seguir construyendo una vida juntos.

Las diferencias y semejanzas

Cuando una pareja se conoce y comienza a surgir en ellos el amor, a menudo se enfatizan las semejanzas. Al ver que tienen el mismo gusto por determinado deporte, comida o afición, la emoción y la novedad dejan pasar por alto las diferencias que existen entre ambos, por lo que muchas parejas al casarse pueden experimentar cierta desilusión.

La pregunta que surge es: ¿Por qué el príncipe azul no resultó tan galante como ella se imaginaba y la princesa no resultó tan trabajadora como él suponía?

Hay que poner los pies en la tierra y comenzar por descubrirse. Estar conscientes de que cada uno viene de hogares distintos, formas de vida independiente que ahora van a compartir, por lo que es imprescindible el diálogo. Sólo así se podrán limar las diferencias y lograr acuerdos.

Que nunca falte la comunicación

Muchos de los problemas que se tienen en el matrimonio pueden evitarse si durante el noviazgo la pareja se conoce tal cual son.

A menudo se tiende a idealizar a la persona amada, y se pasa por alto que es un ser humano como cualquier otro, con cualidades, pero que también tiene defectos, que tiene ideas propias y que puede tener puntos de vista distintos.

En fin, es necesario conocer a la pareja y aceptarla como es.

Pero, ¿cómo va a saber uno lo que le disgusta del otro si no se lo dice? El amor es conocimiento, y es a través del diálogo que se conoce la pareja.

No olvidemos que el hombre y la mujer somos muy distintos y que pensamos y reaccionamos ante la vida de manera diferente.

Estar conscientes de las diferencias ayudará a un mejor entendimiento, de esa forma la pareja se fortalece en el respeto y la aceptación mutua.

Tener desacuerdos es parte de toda relación. Lo importante es la actitud con la que se manejan, de ello depende el crecimiento como pareja o el distanciamiento entre ambos.

Si se convierte el "yo" en un "nosotros"...

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