La familia está bajo amenaza, alerta Francisco

Leobardo Pérez, Julián Sánchez y Arturo Vega, corresponsal y enviados

TUXTLA GUTIÉRREZ, Chis., febrero 16 (EL UNIVERSAL).- Ante alrededor de 100 mil feligreses, el papa Francisco admitió que la familia está siendo debilitada, cuestionada, puesto que se cree que no tiene espacio en nuestras sociedades, y bajo la pretensión de modernidad se propicia cada vez más un modelo basado en el aislamiento, por lo que reiteró la importancia de mantenerla y de que el pilar sea el matrimonio de un hombre y una mujer.

En el estadio Víctor Manuel Reyna, el líder católico expuso en su mensaje que “es cierto, vivir en familia no siempre es fácil, muchas veces es doloroso y fatigoso, pero creo que se le puede aplicar lo que más de una vez he referido a la Iglesia: prefiero una familia herida, que intenta todos los días conjugar el amor, a una sociedad enferma por el encierro y la comodidad del miedo a amar”.

Francisco dijo que prefiere una familia que una y otra vez intenta volver a empezar a una sociedad narcisista y obsesionada por el lujo y el confort: “prefiero una familia con rostro cansado por la entrega a rostros maquillados que no han sabido de ternura y compasión”, dijo.

El Pontífice afirmó que “la precariedad, la escasez, el no tener muchas veces lo mínimo nos puede desesperar, nos puede hacer sentir una angustia fuerte, ya que no sabemos cómo hacer para salir adelante y más cuando tenemos hijos a cargo.

“La precariedad no sólo amenaza el estómago, y eso es ya decir mucho, sino que puede amenazar el alma, nos puede desmotivar, sacar fuerza y tentar con caminos o alternativas de aparente solución, pero que al final no solucionan nada”.

Jorge Mario Bergoglio dijo que “la forma de combatir esta precariedad y aislamiento, que nos deja vulnerables a tantas aparentes soluciones, se tiene que dar a distintos niveles. Una es por medio de legislaciones que protejan y garanticen los mínimos necesarios para que cada hogar y cada persona pueda desarrollarse por medio del estudio y un trabajo digno”.

El obispo de Roma escuchó con atención testimonios de familias. El primero en tomar la palabra fue Manuel...

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