FAMILIA 21 / Las cuatro epidemias del estudiante milenio
Autor | Jesús Amaya |
Tengo casi 41 años de ser maestro y en los últimos tres años he observado un nuevo perfil en mis estudiantes universitarios: dispersos, sentido de la vida muy a corto plazo, baja tolerancia a las frustraciones, dificultad para mantener un esfuerzo constante, abandono de tareas ante el aburrimiento y dificultad, problemas comunes de depresión, ansiedad y estrés y adicción al celular, tableta, redes sociales, videojuegos, series de televisión y videos musicales.
Pudiera argumentar que nos enfrentamos a la generación más feliz de toda la historia, con más tecnología, mayor bienestar, mejor educación y con grandes avances científicos en todas las ciencias que previenen cualquier tipo de enfermedad física, mental o emocional.
Desafortunadamente, no es así.
Observo una generación más enferma que las generaciones pasadas. El Dr. Tim Elmore, presidente y fundador de Growing Leaders en Atlanta, Georgia, publicó esta semana el libro Stressed Out (Estrés Liberado) y define cuatro causas por las que el adolescente milenio está más vulnerable y frágil ante las presiones del mundo hoy:
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TIEMPOS SOBRESATURADOS
Pudiéramos pensar que nuestros chicos tienen una vida cómoda y relajada. No es así. Necesitan estar alertas y responder a miles de mensajes todo el día. Están en clase tratando de entender la explicación del maestro y reciben un whats, esperan que el maestro se distraiga para leerlo y contestarlo y, mientras, pierden la concentración de la exposición. Consultan el whats y lo contestan y al regresar a clase se dan cuenta de que perdieron la secuencia y se abruman porque no entienden la lección. Esta situación sucede cada cinco minutos y al final de clase se sienten tristes y frustrados porque no pueden procesar tanta información al mismo tiempo: el maestro y los whats.
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EXIGENCIAS Y MUCHOS COMPROMISOS
Educamos a estos estudiantes fastidiados de actividades al día: Entrenamiento de futbol, lecciones de canto, baile o teatro, clubes para hacer la tarea, clases de karate, taekwondo o boxeo y otras decenas de clases extracurriculares.
Los padres tienen miedo que sus hijos sean mediocres y que los otros chicos sean mejores que ellos. Los padres ejercen una presión enorme para que sus hijos sobresalgan, por ejemplo...
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