El falso mesías

AutorLuis Homero Echeverría

La mencionada falta de talento, el ruido excesivo que suele hacer un sector del periodismo, la urgencia de contar con jugadores en el futbol europeo o simplemente la coincidencia llevó a Nery Alberto Castillo a vincularlo con el futbol mexicano y a situarlo como un posible componente de la Selección Nacional.

Un joven de 19 años, que de pronto comenzó a alinear con regularidad en el futbol griego y a meter goles, despertó el interés de algunas federaciones que comenzaron a pelear por su nacionalidad.

Mexicano de nacimiento, pero uruguayo por la vía legal al ser hijo de charrúas, con pasaporte comunitario y un futuro por delante, se convirtió en el eje de las controversias sobre su origen, su trayectoria en el futbol y, más allá de la fama que le puedan crear, sobre cuál sería su real aportación a un combinado mexicano.

Su padre, Nery Castillo, uruguayo nacido en México, de inmediato se ha avivado para manejar al jugador e introducirle ideas de venta de imagen, antes de que una representación nacional decida convocarlo.

Las voces que comenzaron a asociar a Castillo con su presunta nacionalidad mexicana llegaron hasta los oídos del técnico nacional, Ricardo La Volpe, quien pensó en considerarlo para la Selección Sub 20 que comanda Eduardo Rergis, siempre y cuando éste decidiera llamarlo.

El timonel argentino también pensó que en dado caso, el jugador del Olympiakos de Grecia tuviera un periodo de observación en la Sub 23 que próximamente jugará el Preolímpico rumbo a Atenas 2004, proceso por el que regularmente pasan la mayoría de los jugadores en el mundo, independientemente de su nombre, su nacionalidad o el futbol donde militen.

Pero el proceso de inflación que también causan algunos medios, le otorgó a Castillo cualidades y sensaciones aún no demostradas y, lo peor, fue que el futbolista las creyó ciertas.

El renacentista Castillo

Cuando la inquietud desde México por el jugador comenzó a saberse en Grecia y en Uruguay, empezó al igual la disputa por él. La Asociación Uruguaya de Futbol llegó a considerarlo para una representación de menores, pero el jugador les volteó la espalda con el argumento de que todavía no estaba en condiciones de decidir a qué nación representaría y, además, por manifestar su apego al suelo azteca.

De la parte mexicana también se mostró el interés citado ya para un combinado Sub 20 o Sub 23, pero aprovechándose de su naciente fama, al futbolista le creció el orgullo y mandó decir que él estaba listo, pero para un...

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