Falsean facturas para los viajeros

AutorFernando Paniagua

Corresponsal

SAN JUAN DEL RÍO, Qro.- Obtenerlas es tan sencillo como llegar, pararse y esperar no más de un minuto. Los vendedores se acercan, preguntan y llevan al cliente hasta la "oficina", una refaccionaria pequeña, donde se hace el negocio: la venta de facturas falsas.

La venta se hace rápido, directo.

"Cuántas necesita y de dónde", pregunta el hombre que atiende, quien, tras escuchar las necesidades del cliente, saca una caja de herramientas con candado, donde guarda al menos unas mil facturas. Este es el apartado de restaurantes y hoteles.

En este pequeño negocio, que se presenta en su fachada como una refaccionaria, ubicado a no más de 100 metros de la caseta de cobro de Palmillas, en la autopista México-Querétaro, se pueden obtener facturas vigentes prácticamente de lo que sea y de dónde sea.

Ubicado en un rincón, en el corredor comercial que ha crecido en los últimos años a un costado de la caseta de vigilancia, la "refaccionaria" ofrece, además de bujías, birlos, aceite para autos y alternadores, papeles fiscales apócrifos.

De acuerdo con vecinos del lugar, la venta de facturas falsas, se da desde hace muchos años.

"Desde hace mucho, como 15 años, se han vendido facturas (falsas)", reconoció Héctor, un hombre que vende tamales en este paradero.

Comprar facturas falsas en esta vía, una de las más transitadas del País, es sumamente sencillo, pese a que a unos pasos se ubican sendos destacamentos de la Policía Federal Preventiva y del Ejército mexicano.

Sólo hay que llegar, esperar a que los vendedores se acerquen, y son ellos quienes ofrecen el producto.

"¿Qué necesita amigo?, ¿necesita facturas? Acá tenemos, mire. Véngase para acá", dice el vendedor.

La transacción es rápida: no más de 15 minutos para comprar, por 300 pesos, 10 facturas -dos de hotel y ocho de restaurantes- del Distrito Federal y de San Luis Potosí y con dos más de pilón.

Se trata de un grupo bien organizado que manda imprimir facturas falsas de establecimientos de todo el país y que lo hacen tan bien que pueden pasar como reales.

"¿Pero sí me la pasan como buena?", se preguntó al vendedor.

"Ooooh, pus nomás vea, chéquelas. Es factura, chequen todo", respondió el hombre.

Los negocios existen, los documentos fiscales tienen todos los requisitos que marca le ley, las leyendas y supuestos permisos que otorga la Secretaría de Hacienda y Crédito Público a los impresores para su impresión.

No se les va un detalle, hasta los folios varían de una factura a otra.

Pero eso...

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