Fallece ícono de la danza

AutorBárbara Celis

Nueva York.- Acababa de cumplir 90 años. Pero su cuerpo, atrapado desde hacía dos en una silla de ruedas, decidió que su lucha incondicional contra la vejez ya no era necesaria. Ayer por la mañana, la Cunningham Dance Foundation y la Merce Cunningham Dance Company anunciaban la muerte en su casa de Manhattan, de uno de los últimos grandes coreógrafos del siglo 20, Merce Cunningham.

"Sólo quien está dispuesto a dar su cuerpo por el bien del mundo está en condiciones de ser confiado al mundo. Sólo quién está dispuesto a hacerlo con amor es digno de ser el guía del mundo".

Con estas palabras del libro del Tao, lectura de cabecera de Cunningham y sobre la que se fundamentó gran parte de su filosofía personal y profesional, informaba la web www.merce.org sobre la muerte del artista, ocurrida la noche del domingo.

Apenas el 16 de abril fue ovacionado al estrenar en Nueva York su última pieza, Casi noventa (Nearly Ninety), con la presencia del bajista John Paul Jones (ex Led Zeppelin) y la banda Sonic Youth. "Siempre quedan cosas por hacer, por descubrir, el tiempo nunca es suficiente", declaró.

Cunningham, nacido en Centralia (Washington), quiso ser bailarín desde niño. Fue alumno aventajado de Martha Graham, otra de las grandes de la coreografía moderna estadounidense, pero su talento como coreógrafo floreció tras su paso por el Black Mountain College en los años 50, donde conoció al músico John Cage, quien se convertiría en su pareja personal y profesional, formando uno de los binomios creativos fundamentales de los años 60 y 70. Artistas como Robert Rauschenberg y Jasper Johns se convirtieron también en colaboradores asiduos.

La revolución que llevó Cunningham, influido por la filosofía zen que absorbió a través de Cage, se centró en...

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