Fallan alcaldías en accesibilidad

AutorIrma Valadez y con información de Miguel Trancozo, Guillermina Trejo, Brenda Friederichsen y Norma García

Si una persona con discapacidad pretende recorrer las oficinas de las alcaldías del Valle de México necesitará ayuda, ya que ninguna cumple cabalmente con las normas en materia de accesibilidad.

Depender de la buena voluntad de funcionarios, compañeros de trabajo y otros visitantes es una constante para personas con discapacidad que pretenden realizar un trámite o que laboran ahí.

De acuerdo con la Norma Mexicana NMX-R-050-SCFI-2006, que especifica las características arquitectónicas que deben cumplir los edificios públicos a fin de garantizar accesibilidad universal, los inmuebles deben tener rampas, pasamanos, elevadores, salvaescaleras, señalización táctil, visual y audible, cajones de estacionamiento y sanitarios adecuados para que puedan ser utilizados por personas con discapacidad.

En la Alcladía de Atizapán hay un elevador que conecta los tres niveles del inmueble, pero no funciona desde hace más de un año y para su reparación se requieren 600 mil pesos.

Para acceder al edificio hay cinco rampas, pero una vez adentro las personas con discapacidad tienen que enfrentar pisos desnivelados, falta de pasamanos o de señalamientos audibles o táctiles, como el lenguaje braille.

"Lo que luego me cuesta trabajo son las escaleras, pero luego me ayudan los compañeros de vigilancia o los que aquí están, ya la mayoría me conoce por los años que aquí tengo y sí son muy buena gente.

"(A) la gente que llega en silla de ruedas, los vigilantes les ayudan a subir", explicó Jorge Mayer, trabajador del área de Atención Ciudadana, quien utiliza muletas para desplazarse debido a la poliomielitis que padeció.

En Tlalnepantla, el principal reto son las escaleras, ya que en total en los espacios públicos hay 127 escalones y ningún elevador, escalera eléctrica o salvaescaleras que ayude al desplazamiento.

El inmueble cuenta con dos entradas, una en la parte anterior y otra en la posterior, pero sólo tiene rampas en la primera, lo que implica recorrer alrededor de 130 metros de un punto a otro.

Sin embargo, una de las seis rampas construidas, ubicada frente a la Tesorería Municipal, no tiene el espacio mínimo libre de 1.20 metros para permitir el paso de una silla de ruedas, ya que está obstruida por una escalinata.

En el Palacio Municipal de Cuautitlán Izcalli, REFORMA también constató que en el interior no hay escaleras eléctricas ni rampas y que para bajar o subir los cinco pisos que tiene el edificio las personas que...

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