Falla control de preliberados

AutorAntonio Baranda

Sámano es el claro ejemplo de que en la Ciudad de México no existe un buen control o supervisión de los delincuentes que obtienen su libertad a través de sustitutivos penales.

Este individuo, del que sólo se conoce su apellido, fue detenido a principios de 2007 por robar productos de una tienda de autoservicio. Lo consignaron al Reclusorio Oriente donde le impusieron una condena de 4 años 6 meses.

Como la sentencia fue inferior a 5 años, pudo sustituir los años de cárcel por trabajo comunitario (sustitutivo penal). Por ello, el juzgado penal lo puso a disposición de la Dirección de Ejecución de Sanciones Penales (DESP).

Sin embargo, Sámano dejó de acudir a firmar cada mes, porque volvió a ser detenido y encarcelado, ahora en el Reclusorio Norte.

La DESP tenía la obligación de notificar la desaparición al juzgado que lo sentenció para que éste le revocara el beneficio, y girara una orden de reaprehensión en su contra, pero la dependencia no lo hizo.

A finales del año pasado, el joven recibió una segunda sentencia y también alcanzó el beneficio de los sustitutivos; y ahora ya no acude a firmar por ambas sentencias.

Las autoridades judiciales supieron de la irregularidad porque Sámano se presentó al juzgado del Reclusorio Oriente para solicitar una copia de su sentencia.

Para los jueces penales, la DESP no lleva un control adecuado de los delincuentes que son liberados bajo este esquema, pues ni siquiera se enteran cuando dejan de firmar.

"Hay ocasiones que nos avisan un año después de que el sentenciado dejó de cumplir con sus...

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