Fábulas perrunas

Triple XCarolina Rocha MenocalEL UNIVERSAL(Embargada para sitios en Internet hasta las 24:00 horas locales)Sobrecogida. Sí, sobrecogida, convulsa, aterrada y temerosa escribo. Estos últimos días el sureño hogar de su Adelita fue testigo de cosas inconfesables, actos que por sanidad mental y con el rotundo afán de informar he decido revelar. Que la Gali, la Legarreta, el Loret, el Laguardia y Laura G. (punto… punto en la g ¿pregunto?) me perdonen. No es que quiera competir con su heroica cobertura del caso Kalimba, pero mi hogar también está hecho un quilombo.Ajá: un desorden total y echando mano al diccionario quilombo en sentido argentino, boliviano, chileno y paraguayo: un prostíbulo.Marcolfia y Queta, madre e hija, ambas perras, están en celo y, por ende, su Adelita, ha tenido cátedra de pornografía perril. El Kamasutra, lo juro, palidece frente al Perrosutra, las posibilidades son a 4 patas, que podría publicar si tuviera dotes de dibujante. La nalga del Bruno por acá, el hocico de Marcolfia por allá, la lengüa ¡dios nos libre! de la Queta acullá y el voyerismo activo de la Canuta en todo momento.He registrado todo con minucia para encontrar un sentido darwiniano al brote de calentura, pero me derroto porque si natura hablara mis cuatro cachondos ni siquiera estarían aquí.Son raza de laboratorio. Y precisamente porque ni parando de trompita a la Marcolfia el Bruno la podría preñar Âse requiere la mano santa de un veterinario permití la estancia del macho en casa estos 20 largos días. Hoy me arrepiento de la ingenua decisión.Todo empezó con un par de gemidos. Los de Queta oprimida por el peso excesivo de Bruno en su lomo y posteriormente mi imperiosa necesidad de utilizar tapones en los oídos para dormir.Mi casita no es hotel, y mucho menos de Chetumal, pero efectivamente pude comprobar que, como lo indagó la prensa ministerial en días negros de Kalimba, todos los gritos son pardos a partir de las 11 de la noche. Si a eso se le suman los mugidos despechados de Marcolfia azorada porque Bruno prefería a la hija, más joven y flaca (¡qué extraño en un macho!), comprenderán que su pobre Adelita no podía dormir.Pero eso era manejable. La tragedia sucedió cuando se desató la violadera. Sí. Saquen micrófonos, cámaras y sus libretas porque mi testimonio podría cimbrar a la comunidad canófila.Canuta cansada de tanto ver tomó cartas (¿patas?) en el asunto: escaló sobre su hermana y ahora, creo, es lesbiana. Su cinismo fue mucho más allá. Se...

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