Extiende tecnología los límites del arte

AutorAlan Valdez

Corría el año de 1909 cuando Filippo Tommaso Marinetti inició al movimiento futurista en las artes y declaró que la maquinaria también era arte.

"Un automóvil de carreras, con el cofre adornado con tubos como grandes serpientes de aliento explosivo... el motor rugiente de un carro que parece activado por el fuego de una ametralladora, es más bello que la Victoria de Samotracia".

El movimiento desapareció en 1944, a la muerte de su creador. Sin embargo, a cien años de su fundación abundan los ejemplos de artistas que encuentran la belleza de la máquina, ya se trate de motores, de robots o de lásers.

De alto voltaje

Los científicos de Omega Recoil describen a sus creaciones como "Teatro de la electricidad" y mezclan a las artes escénicas, particularmente al teatro del absurdo, con voltajes extremos. El componente central de su presentación es la espiral de Tesla, parte del arsenal de los científicos locos desde 1981, pero a pesar de la "antigüedad" de su instrumento, las presentaciones de esta troupé no dejan de involucrar tecnología con un tinte retrofuturista. Más información en www.omegarecoil.com

¿Y esto...es arte?

Cuando los técnicos se ponen a jugar con robots, termina por aparecer un área nebulosa de lo que definitivamente no es científico ni utilitario, pero tampoco termina de encajar en el imperio del arte. Resulta tentador clasificarlo como simple ociosidad, pero sin dejar de reconocer el ingenio de los creadores. Por ejemplo, está el perro robótico de "Mutoid Waste Company", que rueda con las patas traseras y camina con las delanteras, que en lugar de ojos tiene radares adquiridos en un osario de aviones, y que además escupe fuego.

En la misma línea de contracultura robótica, están las stripers robóticas del DJ Giles Walker, que en lugar de tener cabeza tienen cámaras policiales y que bailan al ritmo de un robo-DJ que tiene cabeza de altavoz.

Toda una galería

La Universidad de Princeton inició en el 2005 su competencia "El arte de la ciencia". Mientras que en un museo convencional uno esperaría ver fichas técnicas con descripciones como "Oleo", "Acrílico" o "Terracota y Rakú", la ficha del primer ganador del concurso de Princeton decía "Nube de polvo de micro-esferas de silicio iluminado por láser y suspendido en un plasma". Para ver más de estas obras, incluyendo a la edición del 2009, visita www.princeton.edu/artofscience.

Bacterias sobre agar

Roger Tsien, uno de los tres científicos premiados con el Nobel del 2008 por su...

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