Exploran universo del autismo

AutorJessica Castañeda

Parece que no oyen, no se emocionan, no señalan ni imitan, están distraídos y no demuestran cariño. Así nace uno de cada 2 mil niños en el mundo: autista.

La noticia que para muchas familias significa una tragedia o una condena ha sido para Edna García de Martínez el motor de un trabajo incansable y permanente en la búsqueda de un mejor diagnóstico, información y respeto para los niños autistas y sus familias.

Gracias a David, su hijo de 12 años, Edna dio los primeros pasos en el terreno del autismo, una vez desconocido para ella, pero en el que ahora es experta.

"A los 3 años mi hijo no hablaba nada, cuando un niño de un año y medio dice 'mamá', 'papá' o 'leche'", recuerda, "el doctor me decía que esperara, pero yo me decidí a no perder tiempo, ese proceso de hacerme la loca no lo pasé".

Siendo madre de otros cuatro hijos, no tuvo tiempo de sentarse a llorar y prefirió estudiar el tema.

"La gente le tenía miedo a la palabra autismo, yo creo que todavía le tienen miedo, es como una sentencia de muerte para muchos y es sólo falta de información", explica la madre de familia y educadora de profesión.

Comparando el 2003 con 1993, los datos que se tienen siguen siendo los mismos y abunda la mala información.

"Hace falta información y formación humana en cuanto a la aceptación de las diversas discapacidades, vivimos en una sociedad que está muy lejos de integrar y aceptar a las personas que son diferentes", asegura.

Los mitos sobre el autismo son un freno para que la misma familia funcione como una célula integradora de sus propios hijos.

"Muchos creen que ellos se encierran de manera voluntaria, que no quieren hablar con nadie y no quieren dar cariño, cuando el autismo no tiene una base emocional, sino biológica", explica.

Es difícil y a veces lacerante entender las conductas de un miembro de la familia con autismo, pero hay quienes aprenden a vivir con el niño y los más entregados logran tener una vida muy feliz, comenta Edna.

Su propia maestra

El autismo no es una enfermedad, no se cura hasta hoy.

Es un síndrome conductual que tiene espectros muy amplios de manifestaciones e intensidades.

No hay una causa específica, pero se habla de factores como la contaminación, las diferentes estructuras cerebrales, el mercurio... lo cierto es que, dice Edna, en California ha aumentado el número de casos en 700 por ciento en los últimos seis años.

En los libros aprendió que un niño se convertiría con el paso de los años en un adolescente y luego en un...

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